Pedro Sánchez y su chupa de cuero siguen de campaña. El ex secretario general y precandidato a las primarias del PSOE ha estado en Mérida y no presume de contar con muchos recursos. En Twitter se han cachondeado por una foto en la que se le ve subido a una mesa.
Ha afirmado que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, «le sienta como un guante» al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque cuando pudo elegir entre un presidente socialista y el líder del PP «votó» por el segundo.
Tras recordar a Podemos que «hace un año no hubiera hecho falta esa moción de censura a Rajoy», ha pedido también a este último que «asuma sus responsabilidades políticas», pues ha llegado la hora de que elija «entre el interés de España o su interés particular».
Le dijeron que hablara más alto porque no se le entendía bien ???? pic.twitter.com/7inkEZSn2p
— El Nene Patriota???? (@PatriotaNene) 30 de abril de 2017
«Y, por decencia, le pedimos que piense en España y dimita como presidente del Gobierno», ha aseverado Sánchez en un acto público al aire libre en Mérida, con unos 400 militantes y simpatizantes de su proyecto, y en el que Sánchez se ha mojado literalmente al rehusar resguardarse de la lluvia con un paraguas cuando ha tomado la palabra.
Sánchez, que se ha mostrado convencido de que también en Extremadura su candidatura va «a ganar las primarias», ha asumido ante los asistentes varios compromisos, entre ellos que si gana su candidatura, habrá «una dirección paritaria y tan a la izquierda como sean los votantes del PSOE y sus militantes».
El diagnóstico en el PSOE es unánime. Según explica Manuel Marín en ABC, Pablo Iglesias no ha puesto en marcha una moción de censura para debilitar a Mariano Rajoy, sino para agitar, y si es posible convulsionar, la fase definitiva de la recogida de avales entre la militancia socialista, que concluye el jueves.
Podemos ha pretendido que los dos principales aspirantes a dirigir el PSOE, Susana Díaz y Pedro Sánchez, se retraten. La primera lo hizo con un «no» automático, taxativo y demostrativo de su lejanía de intereses con Podemos. El segundo dio un «no» menos creíble, de modo mucho más tardío y matizado, haciendo hincapié en que lo relevante sería que Rajoy dimitiese, y no en si para ello sería necesario que Sánchez e Iglesias formaran coalición. Que lo sería, aunque Sánchez ahora no se prodigue en la idea.