Garrido estuvo sobrado ejerciendo de escudero de Cifuentes
«Tenéis que golpear a Cifuentes». Cuentan que en los pasillos de la Asamblea durante el receso para comer la portavoz de Podemos en el Congreso, Irene Montero, le echó una bronca descomunal a María Espinosa, una de las diputadas de referencia del grupo parlamentario, la falta de mordiente. «El informe de la UCO, el informe de la UCO, el informe de la UCO», dicen que no paraba de repetir.
La prensa coincide no sólo en que Podemos ha pinchado sino en que la candidata Lorena Ruiz-Huerta no dio la talla como aspirante a la presidencia regional. La muestra fue que llamó «charlatán peinado» a Ángel Garrido.
Ruiz-Huerta dijo que el Canal de Isabel II se había convertido en «un cocedero de chanchullos, langostas y bogavantes», lo que le sirvió a Garrido para decirle a la candidata que llegaba «cortita de ideas». Y tenía toda la razón.
Garrido estuvo sobrado ejerciendo de escudero de Cifuentes. De Errejón dijo que es «el segundo becario más famoso tras Monica Lewinsky». De Monedero, leyó aquel sentido texto que escribió tras enterarse de la muerte de Hugo Chávez: «He amanecido con un Orinoco triste paseándose por mis ojos…».
Lo ha resumido perfectamente Carlos Herrera: «Han utilizado la Asamblea de Madrid y la semana que viene el Congreso como un plató, para exhibicionismo de charlatanes. Nada más».
Máxime porque Podemos sólo contaba con 27 de los 56 diputados necesarios para que saliera adelante su moción, y sabían de antemano que no recabarían el apoyo de ningún otro grupo, incluido el PSOE.
«Si la moción de censura de ayer en Madrid fue un ensayo de lo que puede ocurrir el próximo martes 13 en el Congreso, Pablo Iglesias debería estar más que preocupado. Puede salir muy mal parado, porque todo apunta a que lo único que se va a visualizar es su oportunismo y ansiedad a la hora de lanzar una medida tan seria, máxime porque el PSOE no ha caído en su trampa», le advierte El Mundo.