Una interesantísima reflexión del periodista Víctor Ruiz de Almirón en el diario ABC, asegurando que los de Ciudadanos tienen la convicción de que su consolidación como partido en el tablero político depende en parte de si el PP acomete o no un relevo generacional.
La utilización de la primera persona es un meteorito político de consecuencias potentísimas: zanja cualquier debate sucesorio en el PP, tensiona la relación con Ciudadanos en el corto plazo y condiciona la futura estrategia de los de Albert Rivera. Lo primero no tiene mucha historia. Con la economía creciendo y tras salir reforzado de los duros meses del bloqueo político la figura de Rajoy ha crecido en el partido y en el espectro electoral de los conservadores. No hay contestación alguna a su liderazgo. Dentro de lo negativo que puede parecer el CIS para el PP y para Rajoy como líder pero valorado, otro reluce como un tesoro en las filas populares: su valoración entre sus votantes es más alta que la que tienen Sánchez o Rivera entre los suyos.
Aunque también es cierto que bajo la perspectiva de Ciudadanos, dice el de ABC, la continuidad de Rajoy genera sentimientos encontrados.
«Ambas formaciones suscribieron un acuerdo de investidura en la que Ciudadanos logró incorporar su demanda de limitar los mandatos presidenciales. Una reforma que debía empezar a trabajarse en los primeros tres meses de legislatura pero que se posterga sine die. Los populares ya expresaron sus reticencias al respecto durante la negociación y desde enero aseguran que restringir el mandato les genera dudas de inconstitucionalidad».