En Dolça Catalunya muestran un documento rotundo que demuestra que el Estado no tiene presencia en Cataluña. Mientras el Gobierno de Rajoy y Montoro financian la bancarrota catalna vía FLA, la Asamblea Nacional Catalana, vinculada a PDCat y ERC, repartió miles de cartelitos prefabricados con mensajes diseñados por el nacionalismo.
No son palabras de apoyo a las víctimas: son eslóganes de odio a España, una horrible traficante de armas que es la última culpable de la masacre de las Ramblas: «Queremos paz, no vender armas», «Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas», «Mariano, queremos paz no venta de armas», «No a la islamofobia». Y la conclusión: «Imagina un país que no venda armas». Catadisney, of course.