Pablo Iglesias viajó este 7 de octubre a Barcelona para una entrevista-masaje en el canal autonómico TV3
Le han dado lo suyo y con todo merecimiento. El líder de Podemos, ese que decía que el escrache era ‘jarabe democrático‘, ha recibido este 8 de octubre de 2017 unas cuantas dosis de su propia medicina.
Y ha sido en la estación del AVE de Sants, en Barcelona, donde se disponía a coger un tren hacia Madrid.
Cientos de manifestantes que acudían con banderas rojigualdas a la marcha por la unidad de España, le han increpado mientras accedía al control de seguridad (Por Tierra, Mar y Aire… «No nos engañan, Cataluña es España»).
Le han llamado de todo, menos bonito, pero los que más se ha oído ha sido: «¡Fuera, fuera!» y «¡Viva España!».
Superado a toda prisa el acceso de seguridad, y mientras el secretario general de Podemos ya se dirigía hacia el convoy, los gritos han cambiado por un reiterado «¡Viva España y viva Cataluña!», uno de los lemas más coreados en la manifestación celebrada en Barcelona.
De camino a Madrid, desde el propio tren, un sudoroso Iglesias ha comentado el incidente en un tuit con las siguientes palabras:
«Cualquier político debe asumir que le abucheen. Hoy me tocó a mí. Mientras no haya violencia, ninguna queja. Seguiremos pidiendo diálogo».
Pablo Iglesias viajó este 7 de octubre a Barcelona para una entrevista-masaje en el canal autonómico TV3.