Está envalentonado a más no poder, y se cree que las tiene todas consigo.
Gabriel Rufián ha vuelto a dar la nota este martes 24 de octubre de 2017 en el Congreso, durante su grotesca intervención en el debate de una proposición no de ley presentada por el Grupo Popular -relativa al respaldo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado como garantes del Estado de Derecho-, donde ha aprovechado para hacer una defensa de los líderes de ANC y Òmnium Cultural, en prisión por presunto delito de sedición, y arremeter contra el Gobierno. (Rufián pierde la cabeza en Turquía por ‘los Jordis’ y sus compinches se suben al cadalso).
❗ No et perdis el discurs de @gabrielrufian al Congrés enumerant tots els ferits per la Policia Nacional i la Guàrdia Civil l’#1O! ?? pic.twitter.com/x0ayRmRBkO
— Esquerra Republicana (@Esquerra_ERC) 24 de octubre de 2017
Pero, además, ha hecho oídos sordos a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, cuando le ha avisado de que su tiempo había terminado. Pese a la advertencia, el aludido ha mostrado al hemiciclo dos cartulinas con distintas fotografías del 1 de octubre, lo que ha obligado a Pastor a repetir su aviso y a informarle de que su tiempo en tribuna también había terminado.
Y es que el portavoz adjunto de ERC, comenzó leyendo unos supuestos partes médicos de la Consejería de Salud de la Generalitat de heridos a manos, denunció apuntando a los escaños del PP, de «su policía militar». «Son los heridos que ustedes niegan que existan. Gente apaleada por orden de ustedes simplemente por querer votar», dijo.
«Lo único que tenemos que decir es que aquí les esperamos. Con los brazos abiertos. A la buena gente de España: los mismos que os mintieron con el Prestige, con el YAK, con el 11-M y con la Gürtel os están mintiendo sobre Cataluña».
Y terminó con un recuerdo a los presidentes de la ANC y Ómnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.
«Hay dos buenas personas en la cárcel, dos personas de paz. Dos personas que llevan mucho más tiempo en la cárcel del que en su día pasaron Rato, Bárcenas, Utrera Molina y Martín Villa».
En lugar de retirarse inmediatamente, el diputado republicano ha aprovechado para recoger con parsimonia sus papeles, beber agua y bajar lentamente del estrado, lo que ha provocado los comentarios y las críticas desde las bancadas.
Ha sido, en suma una especie de ensayo general del debate que, este próximo viernes, acabará en el Senado con la aplicación -si no se produce una sorpresa inesperada- del artículo 155 de la Constitución.
LA TERRIBLE FRIVOLIDAD DE RUFIÁN
