Ella es Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona, la que calificó de «día negro para Cataluña» la decisión de la juez de la Audiencia Carmen Lamela de decretar prisión incondicional para Oriol Junqueras y siete exconseller.
Colau es la misma que se mostró más compungida por la aplicación del artículo de la constitución 155 que cuando un terrorista segó la vida de varias personas en La Rambla de su ciudad en el pasado mes de agosto de 2017.
Formidable regañina de Borrell a la alcaldesa de Barcelona por su bochornoso silencio ante el independentismo
«Día negro para Catalunya. El Govern escogido democráticamente en las urnas, a la cárcel. Es necesario un frente común para conseguir la libertad de los presos políticos».
Dia negre per Catalunya. El govern escollit democràticament a les urnes, a la presó. Cal front comú per aconseguir llibertat presos polítics
— Ada Colau (@AdaColau) 2 de noviembre de 2017
Emmordassant les institucions no silenciaran els anhels de tants catalans. A BCN exigim #ProuJudicialització, amnistia i aixecar el 155 pic.twitter.com/Cf1Cf3AORp
— Gerardo Pisarello (@G_Pisarello) 2 de noviembre de 2017
Escribía Colau, que para rematar su actuación, permitió colgar una pancarta en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona en la que se leía: «Llibertat presos politics».
Colau se desmarca así de la definición que le puso el socialista Josep Borrell que la tachó de «emperadora de la ambigüedad», por ese terreno en el que se movía la alcaldesa a medio camino entre el constitucionalismo y el independentismo según soplara el viento.
ÚLTIMA HORA: El Ayuntamiento de Barcelona se solidariza con la oposición venezolana pic.twitter.com/X2G9hXwLsC
— Rubén Múgica (@rubenmugica) 2 de noviembre de 2017
ÚLTIMA HORA:
El Ayuntamiento de Barcelona se solidariza con los 14 patriotas de #Blanquerna ante su inminente ingreso en prisión
Qué majos pic.twitter.com/qpIjWqVFos
— Más Razón Q Un Santo (@MasRazonqUnSant) 3 de noviembre de 2017
Ahora, con sus últimas actuaciones y declaraciones, la regidora muncipal de Barcelona en Comú desmiente a Borrell, abandona su ambigüedad y abraza descaradamente la tesis del separatismo. Con su pan se lo coma.
Borrell ningunea al podemita independentista Fachín y machaca a Colau