La historia, que deja a Podemos como ‘la chata’, viene de lejos, pero ha sido está última semana cuando han aflorado los pringosos detalles que colocan al partido de Pablo Iglesias al borde de la imputación.
Y seguramente, a tenor de unos WhatsApp que publica El Mundo y en los que aparecen negro sobre blanco los manejos y chapuzas que hacían los podemitas para pillar subvenciones, con una nalga apoyada ya en el banquillo de los acusados.
«El primer criterio de valoración es que coincida con la planificación política del Ayuntamiento… Son nuestros excedentes y son criterios subjetivos al 100%».
Así de taxativo se mostró Jesús Abad, secretario general de Podemos en Alcalá de Henares y edil de Acción Social, con sus compañeros de partido en una conversación de Telegram sobre cómo debía ser la adjudicación del Ayuntamiento complutense de subvenciones a asociaciones para que desarrollasen actividades de impacto social.
En estos mensajes de los que se hace eco este medio, los concejales planean cómo llevar a cabo el concurso, convocado en 2016 y dotado en total con 40.000 euros de subvenciones.
La Fiscalía considera delito el proceso del concurso porque considera que los cuatro ediles de Somos Alcalá lo manipularon para otorgar las ayudas a asociaciones «vinculadas directamente con ellos».
De 33 candidatos, fueron finalmente seleccionados cinco, todos ellos, presuntamente, con relación directa con Somos Alcalá.
Tal y como les contaba ESdiario, la denuncia está dirigida contra Alberto Egido, Brianda Yáñez, Jesús Abad y Laura Martín, los cuatro concejales de Podemos por no abstenerse en las votaciones, pese a que el artículo 23 de la Ley 40/2015, del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas, obliga a hacerlo si hay un interés personal en la resolución.
En ese grupo de mensajería, los ediles hablan sobre cómo debe ser el concurso y la conformación de la Comisión Evaluadora que realizará las valoraciones para adjudicar las ayudas.
«Pues si al final no puedo ir a comisión y Olga se los va a leer a lo mejor tendría que delegar en ella», señala la edil Yáñez, a lo que Olga García, primera teniente de alcalde y miembro de Somos Alcalá, responde:
«No, Bri, si ya somos demasiados y de tu concejalía hay un técnico, ¿no? Con tres concejales va sobrada la elección».
Los mensajes dejan clara la participación en el proceso de la teniente de alcalde, que en el mismo chat es bastante explícita sobre quién no debe recibir la subvención.
«Faltaría más. A ver si vamos a cobrar una mierda para dárselo a Provida [colectivo antiaborto]», señala en respuesta al edil Abad, que asegura que los criterios tienen que ser «subjetivos al 100%».
Su pronunciamiento tiene que ver con que las subvenciones provenían de parte del salario al que renunciaban los ediles.
La denuncia de la Fiscalía contra los concejales supone un torpedo en la línea de flotación del errejonismo, que tiene en los ediles de Alcalá uno de sus pilares en Madrid.
De hecho, esta actuación fue denunciada antes de verano por militantes de Podemos en Alcalá.
Se da la circunstancia de que estos hechos, tras las denuncias de algunos militantes, recayeron en el Comité de garantías de la formación en Madrid bajo el control de Iñigo Errejón.
Nada hizo éste y fue entonces cuando la mano derecha de Pablo Iglesias, Ramón Espinar, dijo involucrarse para tomar medidas, tampoco Espinar hizo nada entonces ni ahora.
Ojo, que no es público aún
«¡Feliz viernes!».
Así comunicaba una concejal de Somos Alcalá, Brianda Yáñez, los resultados de la adjudicación del concurso, en el que resultaron ganadores cinco asociaciones vinculadas al partido, de acuerdo a los indicios de prevariación que ha encontrado la Fiscalía.
Curiosamente, en el chat está Ignacio Gómez, integrante de Podemos y secretario de Simbiosis, asociación que resultó una de las cinco ganadoras del concurso y de la que es fundador.
En la conversación, responde con aplausos a la comunicación de la concejal. La teniente de alcalde, Olga García, también celebra el resultado.
Aun así, Yáñez les advierte de que el resultado no se ha comunicado todavía:
«Ojo, que no es público aún».
