Consejos vendo, pero para mí no tengo. Irene Montero, que acaba de ganar un juicio por el que recibirá 70.000 euros de indemnización con motivo de un poema satírico que le hizo ofenderse y acusar de machista al autor de la creación, es la misma que no hace mucho cacareaba cual gallina clueca por la libertad de expresión y airear que el humor no podía ser delito alguno.
Resulta que la pareja de Pablo Iglesias jaleó como la que más la absolución de ese tuitero que se hace llamar Cassandra y que había sido denunciado y condenado en primera instancia por enaltecimiento del terrorismo con unos chistes sobre la ETA y el asesinato del almirante Carrero Blanco.
Concretamente, fue el 1 de marzo de 2018 cuando se conoció la sentencia y Montero perdió el culo para subir el siguiente mensaje a la red social del estornino:
El Supremo absuelve a Cassandra Vera del delito de humillación a las víctimas del terrorismo: los chistes pueden gustar más o menos, pero el humor no es un delito. Excelente noticia para la libertad de expresión y para nuestra democracia, que hoy protegemos de las mordazas del PP
— Irene Montero (@Irene_Montero_) 1 de marzo de 2018
Siguiendo el ‘lógico’ razonamiento de la señora Montero, ¿renunciará entonces a los 70.000 euros o el humos y la libertad de expresión solo son patrimonio de los progres?
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72