¿Ha llevado el hundimiento en las encuestas a que Podemos busque el voto patriótico?
Esa conclusión se desprende de su hilarante artículo escrito para eldiario.es de Ignacio Escolar donde en una tribuna abierta alaba, entre otras cosas, el levantamiento del 2 de mayo del pueblo español contra el invasor francés, rememora el gol de Iniesta a Holanda que nos dio el primer Mundial y mira con agrado a quienes colgaron en su balcón la bandera de España durante los momentos más duros del desafío independentista.
El mundial del 2010 y el 15M han sido el grito generacional de un pueblo que ya nunca más quiere volver a agachar la cabeza. Una transformación profunda en nuestro universo cultural emergíó en los dos acontecimientos
Espinar dice lo siguiente:
En aquel Mundial, muchísimas personas nos pusimos con orgullo la camiseta de la roja. No era una cuestión identitaria o de realzar un sentimiento nacional-conservador latente: era una cuestión de orgullo patriótico. Del «Sí se puede» de la Eurocopa del 2008 al orgullo de ser conscientes de que podíamos.
No parecen ser los casos de sus compañeros de partido como Pablo Iglesias, que cuando practica el balompié lo hace ataviado con su camiseta republicana, o de la mano derecha de Ada Colau, Gerardo Pisarello, famoso por entre otras cosas retirar la bandera de España del balcón del Ayuntamiento de Barcelona.
Precisamente de banderas sigue hablando Espinar en su escrito. Ahora se refiere con benevolencia y simpatía a quienes, hartos del desafío independentista a raiz del ‘prucès’, colgaron la rojigualda en sus balcones:
Muchas de las personas que han puesto banderas en su balcón son totalmente conscientes de que España tiene que cambiar. La rojigualda en el balcón no mira al pasado, mira a un futuro compartido consciente del carácter plurinacional de España.
Y es que el senador podemita clava a la perfección a Groucho Marx cuando exclamó aquello de ‘estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros’.
También hay espacio para la Historia. Lo que sea por captar el voto de los españoles en momentos tan delicados para la formación morada y con un Pablo Iglesias más tocado que nunca:
Si ajustamos la mirilla de nuestra Historia, observamos como en demasiadas ocasiones ha sido un pueblo que siempre ha sido mejor que sus gobernantes el que ha tenido que alzarse ante el entreguismo de los de arriba.
El 2 de mayo fue un levantamiento popular contra, una vez más, el intento de imponer desde fuera y con la complicidad de la nobleza autóctona un modelo a medida de los privilegiados
Así las cosas, una imagen (las que acompañan a esta nota) vale más que mil palabras, que si son de Espinar, tienden a que se las lleve el viento.
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