La fugada ex diputada de la CUP se quita su disfraz de pija para entrevistarse con un experto en colonialismo

El pelo de Anna Gabriel vuelve a su sitio porque la ocasión la pintan calva

Ramón Grosfoguel: "Tuvo que huir y verse obligada a refugiarse en Ginebra por la represión neofascista"

Anna Gabriel (CUP).
Anna Gabriel (CUP). TV

La camaleónica ex diputada de la CUP fugada en Ginebra, Anna Gabriel, sigue desmelenándose según sopla el viento. Si su reciente cambio de look sorprendía a propios y extraños, esta vez se supera a sí misma volviendo a sus orígenes, es decir, a su peinado a lo tazón. El liberado novio de la elegante Anna Gabriel agacha las orejas y pasa por el aro.

Su vuelta al guerrero flequillo estilo etarra durante estas últimas horas, no pasa así a los anales de su  historia política, sino que vuelve a primera fila por una buena causa: entrevistarse con un sociólogo puertorriqueño perteneciente al Grupo modernidad/colonialidad (Grupo M/C) de la Universidad de California en Berkeley. El trabajo que mendiga Anna Gabriel en Suiza tras disfrazarse de pija.

Ramón Grosfoguel, que así se llama el mentado, califica a la cupera como un «símbolo de la resistencia y la dignidad» y opina también que «Gabriel tuvo que huir y verse obligada a refugiarse en Ginebra por la represión neofascista». El ayuno de una semana por Anna Gabriel en un convento capuchino que atraganta de la risa.

Desde su fuga, Gabriel se dedica a reunirse con varias personas del ámbito político, jurídico y social, mientras es asesorada por el abogado Olivier Peter, un experto en derechos humanos que también ha defendido a terroristas de ETA. La CUP se pone a vender pinchos morunos para que Anna Gabriel no se muera de hambre.

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