La conversación, que puede escucharse pinchando en este enlace, -por gentileza de ‘Dolça Catalunya’-, no tiene desperdicio, y da fe de cómo se las gastan algnos religosos en Cataluña, que han convertido sus púlpitos y confesionarios en poco menos que tribunas de TV3. (La indecente esquela de un viejo separata que deja muerto al ‘procés’).
En esta ocasión, sin embargo, usan el teléfono para tan separatista fin, en respuesta a una despistada española que reside en Holanda y que se ha mostrado muy sorprendida al ver, en una de sus visitas a España, unos lazos amarillos colgando de una iglesia del municipio catalán de Calella. (El ayuno de una semana por Anna Gabriel en un convento capuchino que atraganta de la risa).
A falta del párroco, un amable y algo retorcido sacristán, le explica con dulce voz el motivo de tales telas, -que ella creía que se habían puesto en solidaridad con los enfernos de espina bífida-, haciéndose el santo en el nombre de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez:
«La iglesia de Cataluña debe defender las cosas que son justas, y esto es una injusticia. Es una manifestación de luto por su encarcelamiento.
Están injustamente en prisión sin que sean culpables, es una arbitrariedad del Gobierno español que está «tergiversando las leyes. Todo «porque un día se manifestaron, así que «estamos en contra del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo».
La diabólica plegaria de los monjes de Montserrat por el gobierno golpista