No es el número 666 que se cita en el Apocalipsis para representar la marca de la bestia, y por lo tanto se le relaciona directamente con Satanás o con el Anticristo, sino el 155 que tantos quebraderos de cabeza le ha acarreado desde el 21 de octubre de 2017, lo mismo que a muchos españoles de bien. (Puigdemont se atiborra de salchichas para pasar el mal trago rodeado por violadores turcos).
El famoso artículo de la Constitución y, que si nada lo remedia, va camino de convertirse en la única forma de gobierno de la XII legislatura catalana, ha tenido para el ahora encarcelado un doble sentidpo.
Así, hay un dato curioso que para muchos ha pasado desapercibido, y del que se hace eco ‘ECD‘:
Entre el anuncio del cese de Puigdemont como president y su arresto por parte de la Policía alemana, han transcurrido nada más y nada menos que 155 días exactos.
Se puede corroborar, calendario en mano: entre el 21 de octubre y el 25 de marzo han mediado exactamente cinco meses y cuatro días; es decir, 22 semanas; lo que equivale a 155 días.
Unos pocos partidarios de Puigdemont protestan ante la Embajada de Alemania en Londres
