En Cataluña, al que piensa diferente le escrachan, le insultan y le pintan la fachada de su casa
Monumental enganchada entre el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y el diputado pro-separatista Carles Campuzano (y su lacito amarillo)–Carlos Herrera: «La respuesta del Rey es un zasca a Ada Colau y a los que se visten de cretino con el lazo amarillo» –.
Ambos diputados se han visto las caras en la sesión al control del gobierno celebrada este 11 de abril de 2018–Los tuiteros masacran a Rufián por su última mamarrachada: «El lazo amarillo es el nuevo antifranquismo»–.
Los del PDCAT continúan dando la matraca en las sesiones del Congreso a cuenta de sus discrepancias sobre qué es y qué consideran ellos el delito de rebelión, mientras que el titular de la cartera de Justicia le recordó que en España existe la separación de poderes–El frívolo argumento del ‘pedecato’ Campuzano para negar que haya padres que no puedan escolarizar a sus hijos en castellano en Cataluña–.
Todo muy cansino, hasta que Catalá se arremangó y sometió a su oponente a un fenomenal revolcón–De Páramo se troncha en la jeta de Campuzano porque el ‘pedecato’ es incapaz de llenar 30 segundos con aspectos positivos del ‘procès’–:
Campuzano: Europa dice que no hay ni violencia ni rebelión y que no tiene sentido decretar prisiones provisionales.
Deben recordar que han optado por la vía penal para frenar este problema. Están construyendo un relato político peligroso e irresponsable.
La democracia española es algo deteriorado. Los ciudadanos tienen la percepción de que la justicia no es independiente del gobierno.
Señor ministro, la decisión alemana es una oportunidad de rectificar. Liberen a los presos y asumen sus responsabilidades.
Catalá: Sigue usted en el argumento de que es el Gobierno el que tiene que hacer cosas para que los jueces cambien cosas.
Tiene usted una confusión importante de primero de democracia. Cada uno cumple su misión. Veo que no lo tienen claro. Y así les va.
[…]
Tiene usted mucha suerte y es una persona afortunadamente, porque puede venir a esta Cámara con ese lazo amarillo que es ofensivo y decir que hay presos políticos en España y no los hay señoría, hay políticos presos, y puede decirlo tranquilamente.
«En Cataluña no se puede porque les amenazan, les pintan y les escrachan, eso es lo que han conseguido ustedes, esa es la Revolución de las Sonrisas que pretenden conseguir. Si respetamos el Estado de Derecho seguramente tendremos una democracia mejor en este país»