Tradicionalmente en las votaciones para elegir al líder tras una derrota se castiga al candidato más vinculado a la dirección saliente

«¡No me apoyes, compadre!» Soraya luchó (y ganó) para no ser relacionada con el aparato del PP

Aún así, contó con el apoyo de un peremne Javier Arenas, decisivo para cimentar su triunfo arrasando en la potente Andalucía

"¡No me apoyes, compadre!" Soraya luchó (y ganó) para no ser relacionada con el aparato del PP
Soraya Sáenz de Santamaría (PP). EF

«No hay derecho, en cuanto les das una oportunidad votan en contra del aparato. ¡Y de que manera!», fue la frase que Peridis le atribuyó a Joaquín Leguina tras su inesperada derrota frente a Fernando Morán en las primarias de 1998 para elegir al candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid. Leguina era el candidato oficial del ‘aparato’ felipista. Pero en las primarias los militantes madrileños decidieron dar la espalda al aparato para apoyar a un Morán en cuya candidatura se mezclaban enemigos del ‘aparato’ de entonces que iban desde borrellistas a Balbás pasando por Iceta.

En esta campaña del PP tanto Soraya Sáenz de Santamaría, como Pablo Casado, como José Manuel García Margallo, como María Dolores de Cospedal han intentado no ser vistos como candidatos del ‘aparato’, aunque los cuatro aportaban factores para ser considerados como tal. Sólo que en el caso de Pablo Casado tenía más fácil reducir su presencia en el aparato del partido, mientras que Cospedal, en su condición de secretaría general, lo tenía más complicado.

Los precedentes de Suárez, Arzalluz, Felipe González y Zapatero

El Duque Adolfo Suárez se retiró de la presidencia del CDS tras el fracaso electoral de su partido en las elecciones de 1991. Se convocó un congreso extraordinario para escoger a los nuevos líderes, presidente y secretario general. El Duque cometió el error de ‘mojarse’ y señalar abiertamente a quienes quería como sucesores: el socialista Raúl Morodo para presidente y Rosa Posada para Secretaria General. «Suárez tercia la votación», tituló El Mundo por entender que si el fundador se mojaba estaba todo dicho. Se equivocó. Los compromisarios dieron la espalda a Suárez y eligieron como presidente a Calvo Ortega y como secretario general al catalanista Fernández Teixido, que eran precisamente los candidatos más alejados a Suárez. Todo un voto de castigo, al margen de que el partido sin Suárez se fuera a hacer puñetas en poco tiempo.

Xabier Arzalluz se retiró de la presidencia del PNV en el año 2003 y por primera y única vez en la historia de la formación se presentaron dos candidaturas. Arzalluz, que había sido prácticamente el factotum del nacionalismo vasco desde la transición durante veinte años decidió apoyar abiertamente a Joseba Eguibar. Los militantes votaron y dieron la espalda a Eguibar para votar a Josu Jon Imaz, desautorizando así al gran líder.

Pero quizá el mejor ejemplo es Felipe González. El felipismo que fue ‘Dios’ (en palabras de Txiki Benegas) en el liderazgo del partido, pero que no tuvo mucha suerte en cuanto a los apyos que ha dado en las votaciones internas. En las famosas primeras primarias de la historia de España entre Joaquín Almunia y Josep Borrell con todo el ‘aparato’ felipista apoyando públicamente a Almunia y finalmente el propio Felipe González se mojó e hizo campaña a favor de Almunia, algo que al parecer sólo sirvió para que los militantes le desecharan y pasaran a votar a raudales a Borrell.

En el congreso del año 2000 Felipe González y los suyos apoyaron públicamente a José Bono y salió Rodríguez Zapatero. En el congreso de 2014 Felipe González y su gente respaldaron a Eduardo Madina, pero los militantes optaron por Pedro Sánchez. Y en el congreso del año 2017 Felipe González volvió a ‘mojarse’ públicamente al apoyar a Susana Díaz y volvió a perder, dado que salió Pedro Sánchez.

Zapatero que también controló el aparato del PSOE entre 2000 y 2012, tampoco tuvo toda un gran éxito en los momentos de votar internamente. Zapatero intentó que Trinidad Jiménez fuera la candidata del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero al forzarse unas primarias en el año 2010, los militantes madrileños le desobedecieron y votaran a Tomás Gómez. Y luego tras retirarse, tuvo que ver como su candidata, Carme Chacón, apoyada por el ‘aparato zapateriano’, era derrotada por un Alfredo Pérez Rubalcaba que agrupaba en su entorno a la ‘vieja guardia’.

Pierde Cospedal, gana Javier Arenas

Mariano Rajoy no quiso pasar por la humillación de apoyar a alguien y que fuera derrotado como le pasó al Duque de Suárez, Arzalluz o Felipe González, pero el ascenso a Pablo Casado bien pudiera considerarse un voto de castigo contra ‘el aparato’. Los medios de comunicación han tomado menos partido que en otras ocasiones, aunque Soraya Sáenz de Santamaría no puede quejarse de haber sido demasiado maltratada al menos por los grandes, laSexta incluida.

No obstante, a pesar de que Soraya Sáenz de Santamaría no deja de ser la más votada y difícilmente podrá considerarse como ajena al aparato, aunque abandonara la ejecutiva al ser designada portavoz parlamentaria pepera, no es ningún secreto que era apoyada por pesos pesados.

A fin de cuentas el triunfo de Soraya Sáenz de Santamaría se debe en gran medida por el apoyo de los militantes de la federación andaluza y detrás de esa federación estará siempre la sombra del eterno conspirador fontanero del partido, Javier Arenas, el eterno miembro de la Ejecutiva (apenas pocas figuras, como Pío García Escudero, han sobrevivido tanto políticamente como él) que una vez más a vuelto a demostrar – como  bien sabe Rajoy – que es útil tenerlo de tu parte para tomar el mantener el poder en Génova 13.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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