El reparto de los altos cargos de la nueva administración socialista, es de traca. La última petardada tiene por protagonista a Óscar López, que ha sido colocado por Pedro Sánchez a dedo en la presidencia de la empresa pública Paradores Nacionales. El ‘indulto’ sale a razón de 170.000 euros anuales más dietas. (La sacudida a Sánchez por enchufar en Correos a su ex mano derecha con un sueldo que no es de recibo).
Tras conseguir a su exjefe de gabinete, Juanma Serrano, la presidencia de Correos; a su asesor económico, Manu Escudero, la embajada de la OCDE en París -con sueldazo millonario incluido-; y a su gurú demoscópico, José Félix Tezanos, la presidencia del CIS-, le mete con calzador a pesar de que se pasó de su bando a liderar la campaña de Patxi López para las primarias que el ahora presidente acabó ganando a Susana Díaz, detalle que se pasa por alto por obra y gracia de las maniobras subterráneas de José Blanco.
López -muy alejado ahora del entorno del inquilino de La Moncloa- es compensado así tras ser purgado por el propio Sánchez como portavoz del PSOE en el Senado.
Mientras, algunos irreductibles de Sánchez -sobre todo en el Congreso- siguen a la espera de destino. Entre ellos, varios diputados rebeldes en su día con el no es no, como Susana Sumelzo, Zaida Cantera u Odón Elorza.
El desolador augurio de las «depredadoras políticas» económicas de Sánchez y los suyos