LAS COSAS DEL GOBIERNO SOCIALISTA Y SUS AMIGOS

Paco Vázquez: «El PSOE es el tonto útil de Podemos y el separatismo»

Paco Vázquez: "El PSOE es el tonto útil de Podemos y el separatismo"
Paco Vázquez. EP

«Este Gobierno se apoya en el trípode de la maldad: los comunistas caribeños, los golpistas y Bildu» (Los farsantes Sànchez y Turull imitan a los terroristas etarras De Juana y Bolinaga).

La frase es de Paco Vázquez, histórico alcalde de La Coruña, exembajador ante el Vaticano y dos décadas diputado socialista, a quien entrevista Daniel Ramírez en ‘El Español’ este 2 de diciembre de 2018 (‘Gobierno S.A.’: Ni España ni los españoles se merecen a Sánchez y toda esta mierda).

El veterano dirigente afirma, entre otras cosas, que el ‘sanchismo’ supone la revisión de todo lo que aportó el PSOE durante la Transición y sugiere al PP que venda la sede de Génova y cambie de siglas ( Pedro Sánchez se presenta vestido de botones de hotel en la cumbre de líderes del G-20).

Nada de lo que dice Paco Vázquez (La Coruña, 1946) tiene desperdicio, pero nos limitamos a seleccionar unas cuantas frases:

¿Le duele el PSOE?

Muchísimo. No porque yo haya sido militante durante casi cuarenta años, sino por España. El actual PSOE sufre una deriva ideológica muy preocupante para la estabilidad del país. Deja un hueco tremendo en el espacio político de la socialdemocracia, en el centro izquierda. Renuncia a su principal vocación de las últimas décadas: ser el partido hegemónico de la izquierda que lucha por ganar elecciones. Hoy, su voto es de coalición o delegado. Aspira a gobernar con otros, precisamente con quienes no debiera. Muchos socialistas pensamos que nuestro partido está okupado… Sí, con k. 

¿Por qué?

El discurso, las actitudes de la actual dirección y el sanchismo en general suponen la revisión de todo lo que aportó el PSOE durante la Transición.

Usted dejó de tener carné socialista antes de que llegara Pedro Sánchez.

No podía militar en un partido que, en el tema territorial, rompía con la solidaridad al aceptar vías excepcionales para Cataluña. Un partido que abría puentes de diálogo en el País Vasco con los grupos que, de alguna manera, directa o indirecta, habían estado ligados al terrorismo. Mis ideas son las mismas, el que se ha desplazado es el PSOE. Aquello del Estatut, el tripartito y la permisividad en los inicios del procés iniciaron mi alejamiento, pero la ruptura llegó con la ley de la Memoria Histórica.

Explíquese.

Esa ley rompe con la piedra angular de la Transición: la reconciliación democrática. Es una manifestación totalitaria de primera magnitud. Supone intentar controlar y manipular la Historia. Un maniqueísmo de buenos y malos. Desde aquel momento, sigo siendo socialdemócrata, pero no puedo formar parte del proyecto político del PSOE porque no lo comparto.

Hace unas semanas, usted compartió escenario con Albert Rivera en La Coruña. Aseguró que conoce a muchos socialistas que estarían «encantados de participar en actos» con el presidente de Ciudadanos. Le han llamado traidor.

¡Pero es que hay muchos socialistas encantados de que se vuelva a abrir el diálogo constitucional! Muchísimos militantes del PSOE desean que un liberal y un socialdemócrata, como Rivera y yo aquel día, puedan sentarse y charlar. Hay otros socialistas que, en cambio, se equivocan de contertulio y comparten tribunas con quienes intentan acabar con España y la Constitución vigente.

¿Cree que el Gobierno está unido en torno a esa «deriva» que usted menciona o piensa que Sánchez encuentra resistencias en el Consejo de Ministros?

Me temo que no hay resistencias. Todos los miembros del Ejecutivo han sido elegidos por los mismos votos, las mismas ideologías. Se deben a esos acuerdos que los han hecho ministros. Aceptar ser ministro de un Gobierno votado por Bildu implica una posición política y personal determinada.

En su última entrevista con este periódico, expresó literalmente: «No tengo el menor interés intelectual en conocer a Sánchez». Un presidente del Gobierno siempre es interesante, ¿o no?

No en este caso. No por el presente, sino por el hilo continuador de su trayectoria. En mi modesta opinión, Pedro Sánchez ha reflejado un camaleonismo tremendo. Siempre dispuesto a adaptarse a cualquier situación que le permita alcanzar el poder, dentro y fuera del partido. Su discurso es contradictorio en todo momento. Un presidente debe reunir liderazgo de ideas y proyecto. Eso en Sánchez no existe.

En aquella conversación, también añadió sobre Sánchez: «Dejarse apoyar por los separatistas es una pirueta que jamás le perdonará la Historia». ¿Es para tanto?

¿Para tanto? ¡Es para más! Por primera vez en España se ha formalizado un Gobierno participado por lo que yo llamaría el trípode de la maldad: los comunistas caribeños –influidos por Venezuela y Cuba–, los golpistas –lo cual es inconcebible– y el deshonor de Bildu.

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