Sonrisa en ristre, a simple vista forzada, repite como una letanía que seguirá en la oposición y que siempre va a estar
«para que ese más de millón de andaluces que nos han votado se sientan orgullosos, y sepan que sigue habiendo un partido dispuesto a defender la autonomía, el 28F y la igualdad de todos los andaluces«. (La cruda confesión que le hacen a Raúl del Pozo sobre Susana Díaz: «No sabe poner ni una bombilla»)
Y mientras la todavía presidenta andaluza va llorando también por las esquinas:
«ningún pacto de la vergüenza con la extrema derecha va a hacer que los andaluces renuncien a lo que consiguieron dignamente el 28F»,
hacen ahora lo propio los militantes del POSE al ver el vídeo sobre estas líneas. (Junta de Andalucía: El ahorro por el despido de ‘enchufados’ socialistas equivale al presupuesto que tenía Susana Díaz para empleo).
En el mismo, que corre como la pólvora, Susana Díaz se retrata en mayo de 2017, en pleno proceso de primarias en el PSOE, mientras Patxi López y Pedro Sánchez debaten en Ferraz antes de las primarias del PSOE que finalmente venció el segundo.
Una periodista le pide que explique qué es eso de que dimitiría si no obtuviera mejor resultado electoral y ella señala:
«Si los secretarios generales, en un momento dado, no remontan electoralmente la situación, lo asumen en primera persona».
Y pone la guinda al intragable pastel que ahora se le atraganta:
«Lo hizo Felipe, lo hizo Almunia, lo hizo Zapatero y lo hizo Rubalcaba. Y yo lo haré. Y ese compromiso lo tengo. Que si conmigo no mejoran los resultados electorales y no hay remontada electoral, yo me iré sin hacer ruido, sin fracturar al PSOE».
Porque nosotros, todos y cada uno de nosotros, somos mucho menos importantes que un gran partido como el PSOE. Estoy convencida. Forma parte de nuestra tradición, de nuestra confianza, de nuestra manera de ser. Ser socialista es una manera de vivir y de estar. Y así lo haré».
