El colectivo de Autocares Independientes Discrecionales de Madrid ha dicho basta contra Madrid Central, el plan estrella de Manuela Carmena que restringe el tráfico en el centro de la capital.
Los afectados, autocares privados que se dedican en su mayoría al traslado de turistas desde el aeropuerto hasta los hoteles, han recorrido la Gran Vía, terminando en la Plaza de Cibeles.
El acto de protesta ha consistido en circular y ocupar la Gran Vía, durante el cual se ha realizado una distribución de folletos informativos dirigidos a la ciudadanía sobre la problemática que amenaza con deteriorar la actividad turística en el centro de Madrid.
Esta es la tercera protesta llevada a cabo por este colectivo, en los últimos cuarenta días, justo antes de la entrada en vigor de Madrid Central.
TRATO DISCRIMINATORIO POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO
Los conductores de los autocares reclaman más derechos o los mismos que los autobuses de la EMT, para poder circular por Madrid Central. También hacen hincapié en los autobuses de la navidad, los Naviluz, que recorren las principales calles del centro.
Son autobuses de 22 años, que desbordan elementos contaminantes pero siguen en circulación. “Somos el único servicio público que no tiene derechos en Madrid Central. Todos los derechos los tienen los de la EMT del Ayuntamiento. Queremos que nos dejen pasar y parar en lugares habilitados o en las mismas paradas de la EMT, porque también somos servicio público”, comenta a PD Marcelino Torres, conductor de un autobús turístico.
«Representamos a doscientas empresas de autocares independientes discrecionales, de las que dependen miles de familias para comer», señalan desde el colectivo. Los manifestantes acusan al Ayuntamiento de actuaciones arbitrarias, trato de favor y discriminación entre las empresas de transporte turístico.
QUIEREN DEJAR Y RECOGER A LOS TURISTAS
Los autocares reclaman zonas donde poder dejar y recoger a los turistas y sus maletas a lo largo de la Gran Vía, el principal icono turístico de la ciudad y el área en el que se concentra la mayor parte del alojamiento turístico.
«Entre Neptuno y Plaza de España, los únicos puntos en los que tenemos permiso para parar, hay una distancia de 2,1 kilómetros. Los turistas con maletas, las familias con niños, carritos de bebé y la gente mayor necesitan comodidad o no querrán venir a la ciudad», ha dicho hoy la portavoz de los manifestantes, Begoña Landa.
“Los autocares tardan en torno a 10-15 minutos para desalojar un autobús de 50 plazas, por lo que necesitamos zonas de paradas y de estacionamiento, si es que el Ayuntamiento no quiere provocar el deterioro turístico de la capital», señalaba la portavoz.
“Reclamamos que nuestros viajeros se puedan subir y bajar de la Gran Vía o cualquier zona de Madrid Central. Respecto al Naviluz, el Ayuntamiento no nos deja pasar como a ellos, nos está haciendo competencia desleal, es una auténtica vergüenza”, nos comenta un conductor. «Madrid Central tiene que cambiar ya», según este colectivo que advierte que continuará con las protestas hasta que el Ayuntamiento les escuche.