La importancia de la imagen en política…Los cinco candidatos a la Presidencia del Gobierno se preocupan por su aspecto, aunque no hablen de ello, y más aún si todas las miradas estaban puestas en ellos durante el debate electoral en televisión. El primero en pasar por peluquería y maquillaje fue el líder de Vox. Poco hubo que hacerle, ya que Santiago Abascal llevaba el pelo y la barba recién cortados. Sí se dejó maquillar y antes hubo que colocarle colirio para aliviar sus ojos irritados. Un poco de corrector de ojeras, una base de maquillaje para igualar, un poco de polvos traslúcidos para evitar los brillos de los focos y un brillo labial de tono natural, según recoge el autor original de este artículo Pilar Vidal en ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.
El set del líder de Podemos era el más concurrido porque estaba custodiado por siete personas. Aprovechó el «momento peluquería» para relajarse. Según sus propias palabras «es su momento zen». A diferencia de anteriores debates, Pablo Iglesias, llevaba la barba más apurada y la perilla con menos espesor. Fiel a su coleta, pidió que tuviera un toque natural y nada de laca.
El que no se dejó tocar por el equipo de estilistas profesionales de Luis y Tachi que había contratado la Academia de la Televisión fue el líder de Ciudadanos. Albert Rivera sorprendió llegando con su propia estilista, y no una cualquiera, sino Soledad Rebollar, la encargada de peinar y maquillar a su pareja Malú y a otras estrellas como la cantante Vanesa Martín, Alejandro Sanz o Pastora Soler. Una reconocida profesional en el mundo del artisteo.
El líder popular, Pablo Casado, tampoco se peinó ni se dejó tocar su recién estrenada barba. El pelo lo tiene rizado y con mucho volumen, por lo que se lo tiene que arreglar muy a menudo. Y eso sí, se maquilló.
El presidente en funciones fue el último en llegar. Pedro Sánchez se peinó y maquilló. Un poco de secado con cepillo y fijador para que no se le moviera ni un pelo por los nervios del debate. Por cierto, luce las canas cada vez con más orgullo. Los aspirantes a La Moncloa tienen buen pelo y mejor cutis. Y a pesar de la campaña maratoniana tenían muy buena cara, según los expertos de Tachi que les arreglaron para una cita trascendental.