Haced lo que diga y no lo que haga.
Es el catecismo de cabecera de todo comunista que se precie de serlo. Y Pablo Iglesias es un fiel seguidor de esa norma básica.
Quien llegase a la política en 2014 después de un largo año fogueándose y promocionándose en diversas televisiones, entre ellas Intereconomía, en las que prometía darle un aire nuevo a esa actividad, ha resultado ser un ‘fake’ en toda regla.
El líder de Unidas Podemos, ese que prometía regeneración, transparencia y luz y taquígrafos sobre cualquier aspecto de la vida pública de los miembros de su partido con responsabilidades públicas, pronto ha olvidado sus anuncios, entre ellos el de dar cuenta de cada euro que se ingresaba en el partido.
Este 31 de julio de 2020, el diario La Razón cuenta con todo lujo de detalles que la formación morada lleva desde 2018 sin informar sobre sus ingresos en el portal de transparencia.
De repente, de subir todos los movimientos contables a esa web, Pablo Iglesias ha optado por el ejercicio del ocultismo, algo criticado además por militantes de Unidas Podemos que han dejado de conocer cuál es el estado de las cuentas de la formación.
A cierre de aquel ejercicio de 2018 la formación morada reconoció ingresos totales por valor de 16,9 millones de euros de los cuales 7,2 fueron en concepto de subvenciones; 6,1 de aportaciones de los grupos institucionales del partido en las diferentes administraciones del Estado; 2,8 millones de aportaciones de los cargos públicos de Unidas Podemos, es decir, la parte que no podían cobrar de sus sueldos por ser superior a tres salarios mínimos interprofesionales; y finalmente las aportaciones de que provenían de las cuotas de los militantes del partido.
Sin embargo a partir del 31 de diciembre de 2018 la opacidad es completa y la fecha no deja de ser significativa ya que es precisamente a partir de ese momento cuando se produjeron los hechos en los que se sustenta la denuncia de José Manuel Calvente.
El abogado purgado de Unidas Podemos denunció la existencia de una caja B dentro del partido, pero Iglesias optó no solo por mirar hacia otro lado, sino que acabó perpetrando un montaje para eliminar a los responsables de los servicios jurídicos del partido.
El experto legal expulsado de Podemos, en una larga declaración ante la jueza el 29 de julio de 2020, dejó caer toda una serie de irregularidades que se estarían cometiendo en la formación de Iglesias como el blanqueo de capitales, revelación de secretos y allanamiento informático, administración desleal o financiación ilegal del partido.
¿Y QUÉ SUCEDE CON LOS INGRESOS DE PABLO IGLESIAS?
Por supuesto, quien no publica desde hace más de año y medio los datos económicos del partido, mucho menos lo hace con los propios, especialmente con un casoplón de por medio en Galapagar, en la sierra norte de Madrid.
Si alguien pretende acceder a la información actualizada sobre los ingresos del secretario general del partido, Pablo Iglesias se va a llevar un chasco del quince.
En el portal de transparencia de Unidas Podemos la última nómina que aparece es la correspondiente a junio de 2017 y que ascendió a 3.088,73 euros.
El último saldo reconocido por Iglesias en su declaración de bienes tenía, a 9 de mayo de 2018, 100.054, 24 euros en dos cuentas corrientes y dos de ahorro.
El estado del portal de transparencia de Podemos es de tal nivel de abandono que el propio secretario de general de la formación de extrema izquierda no tiene actualizado el número de hijos a su cargo, que es actualmente tres pero que en la web del partido sigue apareciendo como cero.