Después de que Pablo Casado destituyera a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Partido Popular en el Congreso de los diputados la pregunta que quedó sin responder era si Cayetana iba a mantener su escaño en el Congreso.
Este 30 de agosto de 2020, la propia Álvarez de Toledo ha despejado todas las dudas soltando una bomba que, de seguro, ha sentado muy mal en el partido, especialmente al líder de la formación: Cayetana se queda, de momento. Así lo ha comunicado la exportavoz popular en una entrevista para El Mundo.
Asegura que lo hace para «saldar una deuda moral con los españoles de Cataluña que confiaron en el PP en el momento más difícil» y añade que dedicarse a la política en estos momentos es «un imperativo ético».
Cayetana se apoya en que no se resigna «a que la política sea una habitación cerrada dominada por camarillas donde proliferan los amiguismos y las puñaladas».
«Ni tampoco una actividad en la que la verdad sea considerada un lujo que no podemos permitirnos. En la que los ciudadanos sean adulados como clientes», añade y apunta a Casado y a su «manera de ejercer la política».
«Me gustaría poder demostrar que es posible aquello en lo que creo profundamente: que la libertad no es sinónimo de indisciplina, sino requisito para una política mejor«.
Cayetana señala a Teodoro García Egea como uno de los culpables de su cese
La popular recuerda las palabras de Rufián al que da la razón. «Bajo el estado de alarma se cerró el Parlamento. Yo ahí insistía en que había que abrir el Congreso. En un momento dado, Gabriel Rufián dijo: ‘Es que Álvarez de Toledo es inasequible al desaliento’.
Tenía razón. No logro desanimarme. Conozco de primera mano los defectos de la política contemporánea», afirma.
Cayetana señala también a Teodoro García Egea como uno de los culpables de su cese, así como las “influencias” que ha podido tener sobre Casado.
«Desde el primer minuto, se propuso controlar de forma absoluta la dirección del Grupo parlamentario y restringir al máximo mi margen de actuación».
