Dicen que las mentiras tienen las patas muy cortas.
También que el tiempo es ese juez único e insobornable que da y quita razones.
Cualquiera de los dos asertos son perfectamente aplicables a Gabriel Rufián, que cada sentencia que lanza en el Congreso de los Diputados, en entrevistas en los medios o en las redes sociales suele tener poca o ninguna credibilidad.
El de ERC, que no ha tenido empacho en engañarse a sí mismo, ya que a mediados de 2017 debería de haber dejado la política nacional, tal y como él mismo anunció, es de los que siguen creyendo que en Cataluña todo funciona con normalidad.
Y lo cierto es que a menos de un año de que se celebrase el famoso referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 y la consecuente declaración ‘interruptus’ de la independencia respecto de España, Rufián era de los que se ponía como el auténtico bicho del pantano cuando se hablaba de la persecución a los que hablaban en español en su comunidad autónoma.
Rufián, sin pelos en la lengua (y sin llagas en los dedos) escribía en la red social del estornino, es decir en Twitter, este mensaje en el que arremetía contra los medios de la caverna por sacar a la luz el verdadero drama de quienes se sienten españoles en Cataluña:
De cuantas mentiras cavernarias una de las más vergonzantes para ellos en un futuro será la de q el castellano fue perseguido en Catalunya.
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) November 13, 2016
Ese mensaje, escrito un 13 de noviembre de 2016, se ha vuelto ahora viral y está rulando por diversas redes de mensajería instantánea como whatsapp después del acoso al que fue sometida una camarera que trabaja en la cafetería del Parlamento de Cataluña por el simple hecho de atender en español a las cámaras de la TV3.
Amparo Izquierdo, que así se llama esta empleada que lleva ejerciendo su labor en el bar la Cámara autonómica desde 2009, fue insultada, vejada y amenazada en redes sociales por no expresarse en catalán.
Eso sí, de momento, Gabriel Rufián no ha dicho ni media sobre este caso y permanece en silencio sobre el particular.