La exsenadora morada sigue largando de lo lindo tras denunciar el paradero de los 25.000 euros donados al partido de Pablo Iglesias

Celia Cánovas: «En Podemos algunos viven muy bien a costa de los pringados»

"Yo no vine a meterme en un partido comunista o estalinista. Pero en esto se ha convertido. Quizá lo era desde el primer día, pero entonces yo estaba engañada. No se si era un plan o se ha improvisado sobre la marcha"

Celia Cánovas: "En Podemos algunos viven muy bien a costa de los pringados"
Celia Cánovas y Pablo Iglesias.

Se despacha a gusto contra su formación, de la que sigue siendo militante de base.

Celia Cánovas, la que fuera senadora con Unidas Podemos, se ha convertido en una auténtica china en el zapato de Pablo Iglesias después de adherirse a denuncias como la de José Manuel Calvente, exasesor legal de los morados, a cuenta de la llamada ‘Caja B‘ de los podemitas.

En el caso de la exparlamentaria en la Cámara Alta, sus sospechas se centran en los 25.000 euros donados a la fuerza comunista la llamada ‘caja de solidaridad’.

Cánovas no termina de ver claro que su dinero se haya empleado para fines precisamente solidarios, pero asegura en una amplia entrevista en La Razón este 4 de octubre de 2020 que no le mueve ningún ansia de venganza contra Pablo Iglesias.

No actuo por despecho, estoy exigiendo un derecho. Ya está bien de callarse. No les tengo cariño precisamente, pero si estoy equivocada lo reconoceré. Quiero que se haga justicia. Yo simplemente quiero saber dónde está mi dinero y que se justifique. Las donaciones deben destinarse a fines sociales. Al principio sí se dijo que se votó entre la militancia el destino de esos fondos, aunque yo jamás voté nada, pero luego nunca más se supo y pasó a decidirlo el partido, que ya sabemos quiénes son. Yo doné 25.000 euros en dos años y pico y no se dónde han ido a parar.

La exsenadora podemita añade que:

Lo normal sería que te rindieran cuentas y te explicaran qué han hecho con tu dinero. Donábamos porque si no incumplíamos el código ético y eso era gravísimo en Podemos. Era un requisito para poderte presentar a cualquier cargo y sin esas aportaciones te impedían presentarte a cualquier elección. Me considero engañada y estoy indignada. Es una decepción muy grande la que tuve -admite- aunque ya no, porque mi vida va mucho más allá de Podemos. Para muchos otros, sin embargo, Podemos ha sido el acceso al mercado laboral de gente que no había tenido un trabajo nunca antes. Criticar en su día que los responsables de Redes y Movimientos Sociales en Cataluña ganaban 2.000 euros al mes sin ninguna preparación me costó que me expedientaran. Me convertí en una apestada.

Cree que los problemas que ella tuvo en el partido fue cuando comenzó a ser crítica con Iglesias y de que este se olvidase de la militancia de base:

Mis problemas arrancan sobre todo cuando decidí presentar mi candidatura a la Secretaría General de Podemos en Cataluña. Fui muy crítica con Iglesias, que apoyó a Xavier Domenech, y que venía a Cataluña y se reunía solo con él y no escuchaba a la militancia. Ahí empezó a torcerse todo, por decir que no me parecía bien lo que había hecho Pablo Iglesias.

Explica que poco a poco el partido comenzó a ‘verticalizarse’ y a no escuchar a las bases:

Durante mi etapa en el Senado te vas dando cuenta de cosas. Ya desde Vistalegre II el partido se hace cada vez más vertical y ves cómo las decisiones las toman cada vez más de los de arriba y su corte. Como abogada me doy cuenta de que van creando poco a poco una normativa interna compleja para estrechar cada vez más el círculo de poder. Soy una persona progresista por naturaleza y no admito órdenes porque sí y más si son estúpidas y equivocadas. A mí no me pueden quitar mi libertad de opinión.

Asegura haberse llevado una decepción pensando que Unidas Podemos era un partido que tenía en cuenta todas las opiniones:

A mí me venden otra idea. Pienso que esto es diferente y que aquí se puede opinar y existe una transversalidad, pero no es así. A medida que opinas te vas dando cuenta de que eres la única y de que por pensar diferente vas siendo marginada y te miran como un bicho raro. Y la mayoría se calla».

Recalca que:

En los partidos tradicionales vale, pero era precisamente eso contra lo que se venía a luchar -añade decepcionada-. Yo no vine a meterme en un partido comunista o estalinista. Pero en esto se ha convertido. Quizá lo era desde el primer día, pero entonces yo estaba engañada. No se si era un plan o se ha improvisado sobre la marcha. Hemos ido muy lejos en la incoherencia: desde los sueldos que se cobran hasta aliarse con el PSOE o comprarse una casa de lujo en una urbanización selecta. Entonces digo ¿dónde estoy?

Detalla como mientras a los senadores les obligaban a renunciar a los 3.000 euros para taxis, luego la ministra de Igualdad, Irene Montero, se rodeaba de una cohorte bien pagada de asesores:

Nos obligaron a renunciar a la tarjeta de taxi del Senado, tres mil euros al año, como un gesto de que no malgastábamos el dinero público. Pero luego ves a una ministra como Irene Montero que tiene un conjunto de asesoras que cuestan más de medio millón de euros al año…. Aquí algunos viven muy bien a costa de los pringados.

Y sentencia a Podemos, al que deja como un partido más de los que ya había y contra los que tanto había largado:

Esto de nuevo política no tiene nada. ¿Qué hacen entonces gobernando con el PSOE o haciendo ver que gobiernan? No se pueden incumplir más principios que ese: estar en un partido que detestabas y detestan. Podemos no tiene bases. La gente se ha hartado. La ilusión que yo viví al principio ha desaparecido por completo y un partido sin bases y que solo se aguanta por arriba no es un partido. No se ha trabajado la base y se han olvidado de los movimientos sociales. Eso es de las cosas que más me han desilusionado. Porque si no cuidas a la gente, se va.

El 'tic, tac, tic, tac' de Iglesias que ahora Sánchez debería utilizar para 'podar' del Gobierno a los podemitas

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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