31 de octubre de 2018. Pleno en el Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez apenas llevaba cinco meses como presidente del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy.
El líder socialista, que había sido respaldado por Unidas Podemos y los partidos nacionalistas, separatistas y bilduetarras, tenía que empezar a pagar las deudas contraídas por permanecer en La Moncloa.
Y una de las facturas reclamadas era la de poner en libertad a los golpistas catalanes del 1-O de 2017.
Albert Rivera, por aquel entonces líder de Ciudadanos, ya se olía la tostada y optó por encarar al jefe del Ejecutivo con una clara pregunta, si iba o no a indultar a quienes trataron de quebrantar la unidad de España con su intentona golpista.
La cuestión venía al hilo de lo que ya era público a ojos de todos los españoles, la reunión de Pablo Iglesias en la prisión de Lledoners (Barcelona) con Oriol Junqueras, uno de los líderes golpistas:
Señor presidente, esta legislatura nos dejará una estampa de la vergüenza, el día que el señor Iglesias se fue a la cárcel de Lledoners a negociar con un procesado por malversación de fondos, por intentar dar un golpe de Estado, por una acusación de rebelión, aunque a usted no le guste ahora.
En definitiva, señor Sánchez, los pactos que tiene usted ahora con el señor Iglesias y los separatistas avergüenzan a muchos españoles, humillan a muchos españoles. Ese pacto de la cárcel no se lo merecen muchos españoles. Muchos españoles han sufrido por defender la democracia. Está haciendo de abogado defensor para los que promovieron el golpe.
Aseguraba que la reunión del entonces líder de Unidas Podemos en la prisión había sido para negociar los indultos:
Señor Sánchez, yo tengo claro que en esa cárcel no negociaron las cuotas de autónomos, ¿o se piensa que al señor Junqueras le importan los autónomos españoles si no le importa España? En esa cárcel no se negoció el SMI (el salario mínimo interprofesional). En esa cárcel se negociaron indultos. En esa cárcel se negociaron prebendas, en esa cárcel se negoció impunidad.
La pregunta era muy clara: “¿Se compromete a no indultar a los golpistas, sí o no?” Sánchez no responde, ya no hay ninguna duda de lo que se propone: humillar al pueblo español para poder aguantar atrincherado en La Moncloa. Qué vergüenza. #SesiónDeControl pic.twitter.com/bvcCSXoCJF
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) October 31, 2018
Albert Rivera lanzaba una clara pregunta ante un Sánchez que parecía encontrar divertida la intervención:
Señor Sánchez, yo le pregunto… sí, usted ríase, pero a mí no me hace ni pizca de gracia ni a muchos españoles tampoco. Señor Sánchez, ¿se puede usted comprometer en esta Cámara hoy con los españoles a que si usted es presidente jamás hará uso del indulto para indultar a los golpistas?
El presidente del Gobierno se iba por los cerros de Úbeda y no respondía, lo que al entonces líder de Ciudadanos le daba para lanzar la respuesta y asegurar que Sánchez estaba por la labor de sacar a los golpistas de prisión por la vía del indulto:
Señor Sánchez, lo han escuchado todos los españoles menos usted. O se hace el tonto o se hace el sordo o las dos cosas. Señor Sánchez, le pregunto claramente, ¿usted va a prometer indultos a los que han intentado romper nuestra democracia? Es muy fácil, ¿sí o no? Ya le digo yo lo que va a hacer si no me contesta. Evidentemente, lo va a hacer porque usted no tiene escrúpulos, porque por estar un cuarto de hora más en La Moncloa le vale todo y porque el señor Iceta ya lo dijo, que había que indultar a los que habían dado un golpe a la democracia.