El tipo debe estar encantado de haberse conocido a sí mismo.
El interfecto se llama Joaquín Urías, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, exletrado del Tribunal Constitucional y fuertemente vinculado a Unidas Podemos.
El sujeto en cuestión fue invitado a dar una charla en Córdoba, en un cónclave que llevaba como título ‘Horizonte republicano: crisis de la Monarquía, Lawfare y Profundización democrática’, en la que sacó a relucir toda una serie de ataques a la Casa Real y más en concreto hacia la figura de Juan Carlos I.
A pesar de que muchas injurias del calibre de las emitidas por Urías ya han tenido su consecuencia penal, el docente pisó el acelerador de sus invectivas contra el padre de Felipe VI:
El problema es la vida privada del Rey. Y nos encontramos con que en su vida privada tenemos un señor que se dedica a robar. Porque ahora lo quieren acusar de que no ha declarado a Hacienda un dinero. Pero, ¿de dónde ha salido ese dinero? El Rey, personalmente, ¿de dónde ha sacado los millones y millones de euros que tiene? Evidentemente, los ha sacado de que es Rey. Ha utilizado su cargo público para un beneficio propio y eso es robar. El Rey roba un montón de millones, eso lo sabemos todos.
A sabiendas de que sus palabras pudieran tener ulteriores consecuencias judiciales, Urías se vino arriba ante el auditorio que le escuchaba para redondear sus bravatas:
Esto se puede decir en público, no me van a hacer nada. Lo puedo decir aquí y os aseguro que no me van a denunciar ante la Fiscalía porque es tan evidente que se puede decir, lo podéis decir tranquilamente, que el rey Juan Carlos I es un ladrón. Y hacéis muy bien. El Rey roba.
LOS CASOS DE PABLO HASEL Y VALTONYC
A pesar de la chulería con la que Urías se manifestó ante el auditorio de la ciudad de los califas, lo cierto es que debería empezar a tentarse la ropa por los antecedentes que ha habido en España.
El caso más reciente es el del rapero Pablo Hasel, condenado por injurias a la Corona y por enaltecimiento del terrorismo y encerrado en prisión a principios de 2021 después de varios años esquivando con innumerables recursos la ejecución de una pena que era ineludible.
De hecho, el pseudoartista mastica en silencio los largos meses que aún le quedan por delante entre barrotes en la cárcel leridana de Ponent.
Otro que tal baila (o canta) es el también rapero Valtonyc, al que también le cayó encima el peso de la ley por enaltecer a ETA y soltar amenazas contra la Casa Real.
Sin embargo, el ‘cantante’ balear optó por burlar la acción de la Justicia pirándoselas a vela llena a Bélgica, en marzo de 2018, y así evitar los tres añitos de cárcel a los que había sido condenado.