La situación es desesperada.
Los notables de la formación conservadora son conscientes de que hay que poner fin a la guerra y, de paso, cortar cabezas.
Un nombre está en la mente de muchos de los barones de la formación de Génova 13.
Y no precisamente para recompensarle por los servicios prestados, sino más bien para responsabilizarle de lo sucedido en estos días, desde la noche del 16 de febrero de 2022, y también de lo que venía gestándose en semanas y meses anteriores.
Lo cierto es que Teodoro García Egea, secretario general de los populares y, por tanto, hombre de la máxima confianza de Pablo Casado, está en el disparadero.
Debe de haber una reacción contundente en un PP que no debe de conformarse con el sacrificio de dos piezas menores, Ángel Carromero, asesor del alcalde de Madrid, y un responsable de redes sociales.
Los afiliados y votantes de la fuerza conservadora aguardan a la depuración de cargos de mayor relevancia.
El primero en alzar la voz fue el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien considera que la solución pasa por rebajar las tensiones y colocar en puestos de responsabilidad a quienes contribuyan a apaciguar los ánimos y no echar más gasolina al ya de por sí pavoroso incendio en el seno del PP.
Entiende Feijóo que la gestión por parte del hombre de confianza de Casado ha sido un completo despropósito:
Nos hemos equivocado de una forma contundente y pertinaz. El manejo de este conflicto ha sido absolutamente desacertado. Nuestra obligación es pedir disculpas a todos los españoles, a los votantes y dar explicaciones.
MAÑUECO Y MORENO SECUNDAN AL PRESIDENTE GALLEGO
A esa petición se une el ganador de las elecciones en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien no está por la labor de hacer caso a las indicaciones del secretario general de los populares. Tanto es así que va a reunirse con VOX para intentar llegar a un acuerdo para poder formar Gobierno y evitar la tan temida repetición electoral.
Y tampoco forma parte del club de fans de Teodoro García Egea el presidente de la Junta de Andalucía. El entorno de Juanma Moreno considera lesivo a todas luces el papel que está desempeñando el secretario general del PP y entiende que, electoralmente, solo se está perjudicando a la propia marca.
Evidentemente, la pelota está ahora en el tejado de un Pablo Casado que tendrá que sopesar las consecuencias que acarrearía empeñarse en mantener en el cargo de secretario general al exalcalde de Cieza (Murcia).
Como bien reza este 19 de febrero de 2022 el editorial del diario ABC:
La única oportunidad de Pablo Casado para al menos intentar remontar la crisis y alterar este guion autodestructivo es aprovechar la puerta abierta que le están dejando los presidentes del partido en los distintos territorios, que bien de forma directa, bien de manera reservada, están exigiendo ya la salida de Teodoro García Egea de la secretaría general del partido. Es la pieza sustancial que debería sacrificar Casado de una vez por todas.
Y da dos razones de peso para que el presidente del Partido Popular adopte esa postura:
Primero, porque sería el modo de volver a recuperar la confianza de grandes referentes regionales del partido –el PP no es solo Madrid–, y sobre todo, porque sería la única manera de intentar al menos pacificar la relación con Díaz Ayuso. Algo verdaderamente difícil, pero que no debería ser un imposible si el PP aspira a subsistir.
