No es para lanzar las campanas al vuelo.
Pero el dato es significativo y deja bien a las claras que los cambios en la cúpula del Partido Popular ya empiezan a producir los primeros efectos positivos.
Como decía aquella ínclita ministra de Sanidad, entre otras carteras, del Gobierno Zapatero, Elena Salgado, en la sede de Génova 13 ya se perciben brotes verdes.
La llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia de la formación conservadora, que se producirá de facto el 2-3 de abril de 2022, vuelve a poner al PP en segunda posición demoscópica.
De hecho, la guerra entre el aún presidente Pablo Casado y la dirigente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, había provocado el hartazgo definitivo de unos votantes del PP que ya venían avisando de que no estaban dispuestos a que se tocase al valor más seguro en la formación.
Los conservadores, en siete meses, se dejaron nada más y nada menos que 50 escaños por el camino. De los 133 en agosto de 2021 a los 83 de febrero de 2022.
Ese mismo diario lleva una semana después, este 27 de febrero de 2022, un sondeo en el que los populares recuperan la segunda posición, con 86 actas parlamentarias.
VOX baja ligeramente de la cifra de parlamentarios otorgada el 20-F, pero el resultado es también importante, 82 escaños.
PACTOS QUE NO SUMAN
No obstante, a Feijóo aún le queda una ardua tarea por delante porque, evidentemente, el objetivo primordial es ganar las elecciones.
Unos comicios que volvería a ganar, según ese muestro, el PSOE de Pedro Sánchez, con 103 escaños.
El gran problema que se vislumbra, de cristalizarse unas previsiones demoscópicas como las que vienen reflejadas en Okdiario, es que la gobernabilidad de España sería imposible.
El PSOE, junto a los 31 diputados de Unidas Podemos, se quedaría en 134 y para llegar a los 176 tendría que recabar nada menos que 42 apoyos más.
Sería una reedición de un ‘pacto Frankenstein‘, pero más a lo bestia y con unas formaciones nacionalistas, independentistas, proetarras y localistas que iban a sacarle el cuero a base de bien a Sánchez, amén de poner en tela de juicio la estabilidad del Ejecutivo prácticamente en cada pleno en la Carrera de San Jerónimo.
Por el ala conservadora, la situación mejora, pero aún no da para alcanzar la cifra mágica que se traduciría en esa mayoría absoluta.
Es verdad que un pacto PP más VOX le haría llegar a los 168 representantes. Se necesitarían en ese escenario 8 votos más que vendrían, al menos la mitad, de Navarra Suma (2) y Ciudadanos (2). El problema serían los cuatro restantes y eso pasaría por tener que llamar a la puerta de alguna formación nacionalista, PNV (7)para alcanzar los 176.
Porque la otra solución, la de recurrir a acuerdos con Coalición Canaria, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe, no es suficiente.
Cada uno de esos partidos suman un solo diputado y solo da para llegar a 175 parlamentarios, justo en la frontera de la ansiada mayoría absoluta.