Terror en Ciudadanos tras las últimos resultados electorales

Inés Arrimadas detiene la rebelión interna para ‘cortarle la cabeza’: Begoña Villacís sigue a su lado

La líder naranja se niega a dimitir

Inés Arrimadas da un discurso en la sede de Ciudadanos
Inés Arrimadas da un discurso en la sede de Ciudadanos PD

Tras la debacle de las elecciones andaluzas Ciudadanos comenzó a pensar en un nuevo planteamiento del partido de cara a los comicios del 2023. Los desastrosos resultados de los naranjas provocaron una lluvia de dudas y críticas hacia Inés Arrimadas; unos pedían su dimisión ante el fracaso en Andalucía y otros replicaron su estrategia en relación a las próximas elecciones. Lo único que salvó a la líder de una posible moción de censura fue el apoyo de Begoña Villacís, la vicealcaldesa madrileña a la que dio todo el poder para plantear una renovación dentro del partido fundado por Albert Rivera.

Si Villacís se hubiera unido al bando rebelde hubiera sido el fin para Arrimadas y se habrían visto obligados a convocar un congreso extraordinario para decidir los nuevos mandatarios y organización del partido. Muchos de los miembros de Ciudadanos tienen claro que la dirigente madrileña podría haber orquestado una revolución en las filas del partido, en cambio prefirió apoyar a la sucesora de Rivera y no enfrentarse con los cargos que estaban de su lado. Es por eso que antes de la reunión de la Ejecutiva ambas anunciaron su apoyo y conciliación para plantear una nueva imagen de la formación.

El grupo que decidirá el futuro de Ciudadanos

Desde la directiva de Ciudadanos acordaron la formación de un grupo de seis miembros que encauzarían la situación política a un plazo de un año. De esas reuniones estaban excluidas personas muy conocidas como Edmundo Val y Daniel Pérez, vicesecretarios generales. La agrupación liderada por Villacís contará con Guillermo Díaz, diputada por Málaga y que hará la función de portavoz; Adrián Vázquez, eurodiputado; la alcaldesa de Ciudad Real, Eva Masías; el concejal y portavoz de Santa Coloma, Dimas Gragera; Patricia Guasp, coordinadora de Ciudadanos en Baleares; y María Muñoz, coordinadora del partido en la Comunidad Valenciana.

Cuando Arrimadas anunció las pautas que seguirían en las reuniones fueron varios los que plantearon preguntas en relación al nombre, el logo, el color, la ideología política a seguir o si deberían formar una nueva plataforma que sustituya a Ciudadanos.

Sin embargo, todas esas dudas se quedaron en nada, ya que Arrimadas y Villacís confirmaron que era un plan secreto, lo cual molestó a gran parte de la formación. Muchos de ellos mostraron su rotunda desaprobación, uno de ellos habló con THE OBJECTIVE y pidió su completo anonimato:

«Nos ha tomado el pelo por completo. Dicen que el plan es secreto, confidencial y que no lo pueden explicar ahora para no dar pistas a los otros partidos y jugar en el futuro con las sorpresas. La única que lo conoce es Begoña (Villacís). Si es un paripé, se va a dar cuenta pronto».

El líder naranja en Cataluña dejó claro que el acuerdo solo gusta a la vicealcaldesa madrileña, a esta protesta se unieron el canario Enrique Arriaga, el cántabro Félix Álvarez ‘Felisuco’ y el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera.

El desconcierto es tal que hasta Borja González, secretario de Organización, leal a Arrimadas mostró sus dudas ante el planteamiento del grupo. Villacís y Arrimadas intentaron calmar las aguas y pidieron un voto de confianza al futuro proyecto.

¿Valentía de Arrimadas?

Desde las elecciones andaluzas la presidenta naranja confirmó su intención de no dimitir porque, a diferencia de su predecesor, lleva solamente dos años en el puesto. Ve posible un cambio a mejor.

La líder del partido afirmó que puso a la disposición de Ciudadanos su puesto como presidenta, y aseguró que nadie dudo sobre seguir adelante con su proyecto. Esto choca con lo que compartieron algunos de los miembros más críticos de la Ejecutiva que niegan en rotundo que se sometiese a una votación o se planteara darle un voto de confianza a las nuevas ideas para el partido.

La presidenta solo verbalizó su intención de adaptarse a cualquier situación por el bien del partido, pero no dejó que otros miembros de la Ejecutiva dieran su opinión. El reducido electorado de Ciudadanos tendrá que esperar unos meses para ver cómo evoluciona su situación de cara a las próximas elecciones.

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