Queridos Reyes Magos,
Para este año solo quiero pediros un gran regalo: ¡Librad a mi PSOE de la corrupción!
*Esta es la parodia que desde Periodista Digital ejecutamos como carta a los Reyes Magos de un votante o militante (incluso diputado, por qué no) socialista, para esta Epifanía de 2023.
Os ruego que durante el 2023 no tenga que volver a presenciar la entrada de expolíticos socialistas a prisión, como ocurrió en los últimos días de diciembre con los condenados por el ‘Caso de los ERE’.
¿Hay posibilidades de que Pedro Sánchez evite que José Antonio Griñán acabe entre las rejas? ¿Pueden evitar que vivan la misma pesadilla que Carmen Martínez Aguayo, Antonio Fernández, José Antonio Viera, Francisco Vallejo, Jesús María Rodríguez Román y Miguel Ángel Serrano?
Alejad, por favor, al PSOE de la corrupción. Que los socialistas no tengamos que bajar la cara cuando nos reprochan haber protagonizado el caso de corrupción más grande de la democracia española (una macrocausa con 500 investigados y los 680 millones de euros defraudados).
Sus Majestades, ustedes que todo lo pueden, hagan que el partido socialista no viva nuevas polémicas por financiamiento ilegal, como las presuntamente realizadas por el PSOE valenciano en las elecciones municipales y autonómicas de 2007 y generales de 2008.
Un caso que se atraganta con las indagaciones de la Guardia Civil en el caso Acuamed, una investigación que parecía haberse olvidado durante años en la Audiencia Nacional y que ahora afloran para dificultar las posibilidades de ganar las elecciones autonómicas y generales que se celebrarán este 2023.
¿Y qué decir de Francis Puig? Resulta difícil defender que el hermano del presidente de la Generalidad, Ximo Puig, sea investigado por presunto fraude de subvenciones. Todo esto hunde a mi querido PSOE, que no es otra cosa que un gran barco en las manos de un kamikaze.
Tenemos un ‘capitán’ que, lejos de esquivar los icebergs, se estrella contra ellos cada vez que falta a su palabra.
Pedro Sánchez empezó a demostrar que acabaría con el PSOE el día que pactó con quien reconoció que le quitaría el sueño. Sí, la llegada de Podemos a Moncloa solo trajo una cosa a los socialistas: pesadillas.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
Fue la ambición por mantener el apoyo de Pablo Iglesias lo que hizo que el presidente del Gobierno fuera dinamitando una a una sus promesas. ¿Alguien recuerda cuando Sánchez fue tajante sobre nunca pactar con EH Bildu?, ¿Alguien sabe dónde quedó su moral y compromiso con las víctimas de ETA ahora que son un socio preferente del PSOE?
¿Tampoco tienen ningún valor sus palabras cuando dijo a Jordi Évole que “yo no estoy de acuerdo en que seamos los partidos políticos los que decidamos el órgano del gobierno de los jueces”?
Cuando Podemos y EH Bildu no fueron suficientes, Sánchez nos volvió a dirigir hacia el desastre: ponerse a las órdenes de los independentistas. ¡Ay queridos Reyes Magos!, ¿cuándo un socialista defendería la idea de reformar el Código Penal (para acabar con la malversación y la sedición) o asaltar el Poder Judicial para solo favorecer a los golpistas catalanes?
La falta de palabra de Sánchez nos hace temblar. Parece cuestión de tiempo antes de que dé la estocada mortal al PSOE al permitir un referéndum en Cataluña. Un trámite que es fundamental para garantizar el apoyo de los golpistas, pero que acabará de sumergir a mi partido en todas las encuestas e intenciones de votos.
¿Acaso no ve el presidente del Gobierno que solo José Félix Tezanos le susurra al oído los cantos de sirena que quiere escuchar?, ¿no se da cuenta de que el CIS es una brújula rota que siempre apunta hacia la izquierda?
Queridos Reyes Magos, para 2023 solo os pido un PSOE que se parezca más a Joaquín Leguina y Nicolás Redondo y menos a los mentirosos José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez.
