18 de febrero de 2024.
Carlos Alsina entrevistó en ‘Más de Uno‘ (Onda Cero) a Juan Lobato, líder del PSOE en Madrid, al que le preguntó, entre otras cuestiones, por la amnistía.
El socialista justificó la amnistía como «una medida de acuerdo que nos permite tener un Gobierno».
Sin embargo, sobre el argumento que usó Sánchez para defender la amnistía como algo necesario para tener un gobierno progresista, el secretario general del PSOE de Madrid opinó que «no es así». Aseveró que hay límites y no se acepta cualquier cosa que exija Juntos por Cataluña: «Los límites están en la visión de país del PSOE».
Además, también puso en tela de juicio que la convivencia entre catalanes y el resto de españoles fuese a ser mejor:
Es una incógnita.
Estas declaraciones de Lobato tuvieron consecuencias.
Según publica el diario ‘El Mundo‘, el secretario general de los socialistas madrileño fue llamado a capítulo por el número 3 del PSOE a nivel nacional, Santos Cerdán, la persona encomendada por Pedro Sánchez para negociar la ley de amnistía con Carles Puigdemont.
Fue nada más finalizar la entrevista en el programa de Carlos Alsina cuando el portavoz socialista en la Asamblea de Madrid recibió la llamada del secretario de Organización del partido de Ferraz para reprenderle por salirse ligeramente de la estrategia diseñada por la cúpula del PSOE y del Gobierno Sánchez en relación a la amnistía.
Fue un primer aviso.
El segundo llegó en forma de reunión secreta el 12 de febrero de 2024 con la comida entre Santos Cerdán y los alcaldes de Fuenlabrada y Getafe, Javier Ayala y Sara Hernández, respectivamente, dos de los principales críticos con el líder en Madrid, en la Huerta de Tudela, en la céntrica calle madrileña del Prado, en las inmediaciones del Congreso de los Diputados.
De hecho, varios testigos aseveraron que las críticas a Juan Lobato fueron más que palpables y se puso sobre la mesa la posibilidad de un cambio de cabeza de cartel electoral de cara a 2027.
De hecho, Ayala, que se había enfrentado en un proceso de primarias a Lobato, se perfila como el candidato favorito de la dirección de Ferraz para tener controladas con mano de hierro a todas las organizaciones territoriales y que así no se salgan del carril.