Es de manual.
Concretamente el del buen comunista y el seguimiento fervoroso de esa máxima del ‘haced lo que diga y no lo que haga’ o su vertiente alternativa, ‘no es lo mismo predicar que dar trigo’.
Julio de 2017.
Varios diputados de Unidas Podemos en el Congreso, la formación de Pablo Iglesias, registran una proposición de ley para regular el trabajo de los becarios en la que se planteaba la creación de un estatuto que obligue a las empresas a pagar a los estudiantes en prácticas el Salario Mínimo Interprofesional calculado en proporción al número de horas dedicadas, así como los costes de transporte y manutención.
El diputado morado Segundo González afirmó en declaraciones a los medios que esa ley evitaría que se produzcan fraudes como que los becarios no cobraran nada o muy poco o que pudieran realizar tareas que se extralimitasen a su trabajo en prácticas.
Igualmente, subrayó la importancia que tendría el estatuto del becario para salvaguardar un mínimo de derechos que impidiese que los estudiantes tuvieran que pagar por trabajar o ejercer de sustitutos de puestos de trabajo.
Pero como suele suceder, la teoría todo el mundo se la sabe, pero otra cosas es aplicarla al dedillo.
Y, al parecer, a Pablo Iglesias, ahora metido a empresario audiovisual con su Canal Red, le cuesta cumplir sus promesas y sus exigencias.
Tanto es así que quienes están haciendo prácticas en su televisión están poniendo el grito en el cielo por lo que entienden que es un atropello y más viniendo de quien hace siete años exigía que se considerase adecuadamente a los becarios:
Las estudiantes que queremos hacer prácticas estamos muy precarizadas pero es especialmente sangrante que @CanalRed_TV pague 200€. Hasta Mediaset paga 300€ y El País 400€. Remunerar decentemente el trabajo debería ser un mínimo para un medio de izquierdas. pic.twitter.com/aIODTk9J3T
— Alex Méaude (@AlexMeaude) December 4, 2024
