Les puede el vicio.
El de zampar, como pasa a los dirigentes sindicales que arrasan si descanso con gambas, langosta, cigalas y carabineros, y el de fornicar gratis, como pasaba con los diputeros del Tito Berni y vimos con reiteración en los Eres andaluces.
El mal llamado Caso Koldo y la trama de los pisos del placer ponen al PSOE todavía más contra las cuerdas.
Lo que comenzó como un escándalo de corrupción en la compra de mascarillas se ha convertido en un vodevil tan cutre como siniestro.
En el corazón de Madrid, a un tiro de piedra del Congreso de los Diputados, se esconde una historia que bien podría ser el guion de una película de Berlanga.
Koldo García, el que fuera mano derecho, amigo del alma y asesor del exministro José Luis Ábalos, no solo se dedicaba a mediar en la compra de mascarillas durante la pandemia, sino que también ejercía de celestino de lujo para la flor y nata del Partido Socialista Obrero Español.
Según las últimas informaciones, Koldo habría alquilado nada menos que 28 apartamentos turísticos en pleno centro de Madrid.
¿El propósito? Servir de nido de amor para encuentros furtivos entre altos cargos del partido y mujeres catalogadas como «putas» en una agenda que el propio Koldo manejaba con la discreción de un elefante en una cacharrería.
La irresistible atracción del pecado
No es la primera vez que el PSOE se ve envuelto en escándalos de este calibre y esta turbia naturaleza.
Resuta evidente que existe una irresistible atracción entre algunos miembros del partido y lo que podríamos llamar «los placeres de la carne«; gratuitos, eso si.
Desde los EREs andaluces hasta la trama de las mascarillas, pasando por el caso del ‘diputero‘ Tito Berni, el patrón se repite: comilonas gratis, viagra, cocaína y compañía femenina de pago.
«Es como si algunos socialistas confundieran la socialdemocracia con el hedonismo más desenfrenado», comenta con sorna un veterano analista político que prefiere mantener el anonimato.
«Han pasado de defender a la clase obrera a defender su derecho a la juerga perpetua».
El «triángulo de las Bermudas» del vicio socialista
- 10 apartamentos en la zona de Gran Vía
- 8 en el barrio de Chueca
- 6 en las inmediaciones de la Puerta del Sol
- 4 en la Plaza de España, incluyendo el famoso piso de lujo de la novia de Ábalos
Esta distribución no parece casual.
«Es como si hubieran querido crear un parque temático del pecado a medida para los cargos del partido», bromea un camarero de la zona que asegura haber visto entrar y salir a «gente importante» a altas horas de la madrugada.
Pero lo más sorprendente de todo es la existencia de una agenda, supuestamente manejada por el propio Koldo, donde las mujeres aparecían catalogadas como «putas».
Eso en un partido que se dice defensor de la igualdad y los derechos de las mujeres y que periódicamente se manifiesta exigiendo la prohibición expresa, tah¡jante y sin matices de la prostitución.
El PSOE, entre la espada y la pared
La dirección del PSOE se encuentra en una situación complicada. Por un lado, intenta distanciarse de los implicados en la trama. Por otro, cada día surgen nuevas informaciones que salpican a más altos cargos del partido.
«Estamos ante una situación sin precedentes», afirma Juan García, politólogo de la Universidad Complutense. «El PSOE corre el riesgo de convertirse en el hazmerreír de la política española si no toma medidas drásticas y contundentes».
En la sede central del PSOE en la calle Ferraz, como es habitual, reina un silencio sepulcral.
Las peticiones de explicaciones se acumulan, pero las respuestas brillan por su ausencia.
Esperan a que la tormenta pase sola.
DATOS:
- El gasto en viagra y cocaína de la trama superaría el presupuesto anual de algunos ministerios menores.
- Uno de los pisos alquilados era conocido entre los implicados como «El Palacio de las Mil y Una Noches Socialistas».
- Se rumorea que existe un grupo de WhatsApp llamado «Los Camaradas del Placer» donde se coordinaban los encuentros.
- Un taxista asegura haber llevado a un alto cargo del partido vestido de Napoleón a uno de los pisos a las 3 de la madrugada.
- En uno de los registros se encontró un ejemplar firmado de «El Capital» de Marx usado como posavasos en una mesita llena de restos de cocaína.