¡Maldita hemeroteca!
Eso es lo que debió pensar el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando le sacaron en la sesión de control al Gobierno Sánchez unas palabras suyas sobre quien debía ostentar las competencias en materia de inmigración.
Fue el portavoz del Grupo Popular en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, Miguel Tellado, quien puso en evidencia al responsable de la seguridad en España.
El político conservador fue a degüello contra Marlaska:
Por siete míseros votos para seguir en el poder, han traicionado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que hoy se manifestarán a las puertas del Congreso contra usted.
Miguel Tellado acusó al ministro del Interior de haber vendido la seguridad de España y de trocear la frontera sur de Europa, al tiempo que le recordó sus palabras en sede parlamentaria, en las que afirmaba lo siguiente:
Tanto el control de fronteras como el de flujos migratorios son competencias exclusivas del Estado y del Gobierno central y no son susceptibles de ser ni transferidas ni delegadas. Son sus propias palabras desde ese escaño hace tan solo seis meses.
Sostuvo que Marlaska fue «el juez que se ha traicionado a sí mismo porque es el ministro que acercó a presos de ETA y expulsó a la Guardia Civil de Navarra para pagar el apoyo de Bildu«.
Advirtió Tellado de que «cualquier agente de la Policía Nacional y de la Guardia Civil de nuestro país del pueblo más recóndito de España, tiene más sentido del honor que el que tiene el ministro que les manda».
Y le lanzó una sentencia demoledora:
Señor ministro, es usted un ministro agotado, incapaz y desautorizado. Dimita y pida disculpas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Y de paso recordó a Félix Bolaños, titular de Justicia, que está citado en el Tribunal Supremo y que ahí tiene que decir la verdad. El del PP lo troleó magistralmente:
Lo que supongo que es incompatible porque no lo ha hecho nunca.