NUEVA BRONCA INTERNA EN EL SOCIALISMO ESPAÑOL

Óscar Puente, al estilo ‘mandril del PSOE’, arremete contra Eduardo Madina y el “cuarteto de los socialistas resentidos”

El ministro de Transportes desata una nueva tormenta en el partido de Ferraz tras atacar con dureza al exdiputado Eduardo Madina en redes sociales

En la política española, los cuchillos vuelan a menudo, pero hay ocasiones en las que la pelea sube de nivel y se asemeja más a una pelea de mandriles que a un debate civilizado. El último episodio lo protagoniza Óscar Puente, ministro de Transportes y habitual polemista, que ha vuelto a demostrar que en el PSOE la diplomacia brilla por su ausencia cuando se trata de responder a los críticos internos.

Esta vez, su presa ha sido Eduardo Madina, antiguo secretario general del grupo parlamentario socialista y contrincante en 2014 de Pedro Sánchez para liderar la formación de Ferraz, al que ha dedicado un mensaje en X (antes Twitter) tan afilado como contundente: “El que faltaba del cuarteto de los resentidos, que no ganarían hoy en el partido ni una asamblea en su pueblo. Ni una vez se os ha visto salir a defender a vuestro partido del acoso diario de la derecha”.

La frase, lejos de pasar inadvertida, ha reavivado la ya tradicional guerra interna entre las distintas familias socialistas y ha dejado patente un estilo político cada vez más bronco. Todo surgió tras unas declaraciones de Madina en la Cadena SER, donde criticó la presencia de figuras como Leire Díez —la conocida como “fontanera” del partido— y el empresario Víctor de Aldama en los círculos cercanos al poder socialista. Madina lamentaba no haber visto nunca “un Aldama ni una Leire Díez” durante las épocas de Zapatero o Rubalcaba y se preguntaba quién había decidido darles tanto protagonismo dentro del PSOE.

El “cuarteto de los resentidos”: ¿quiénes son?

La expresión utilizada por Puente no es casual. Hace tiempo que circula por Ferraz el término “cuarteto de los resentidos”, una etiqueta con la que algunos dirigentes actuales agrupan a los ex y actuales miembros críticos con la dirección actual: además de Madina, suelen incluirse nombres como Felipe González, Emiliano García-Page y Javier Lambán. Todos ellos han mostrado en alguna ocasión su disconformidad con las decisiones estratégicas tomadas por Pedro Sánchez y su entorno más próximo.

El propio Lambán respondió defendiendo a Madina como “una de las mejores cabezas con que cuenta la política española”, subrayando su inteligencia y brillante hoja de servicios, además del coste personal sufrido por el atentado de ETA. Pero lejos de rebajar el tono, Puente respondió con otra andanada irónica: “Leire está de acuerdo contigo, Javier”, acompañando el comentario con pantallazos de apoyo digital entre Díez y Madina cuando este último aspiró a liderar el partido.

De las formas parlamentarias a las formas primates

No es la primera vez que Óscar Puente muestra una agresividad inusual para un miembro del Consejo de Ministros. Sus intervenciones públicas suelen estar teñidas de sarcasmo, ataques personales y un lenguaje poco institucional. No faltan voces dentro y fuera del PSOE que le acusan abiertamente de tener “formas de mandril” —una expresión coloquial para describir comportamientos agresivos, poco refinados y muy alejados del debate racional—.

Puente ha convertido X en su particular ring: allí responde, ataca e incluso ridiculiza no solo a rivales políticos sino también a compañeros o excompañeros si considera que ponen en cuestión la línea oficialista. Este estilo, aunque le granjea simpatías entre parte del electorado más fiel al sanchismo por su contundencia contra la derecha, alimenta un clima interno cada vez más irrespirable para quienes discrepan.

Algunos analistas sostienen que este tipo de salidas no son solo mala educación: responden a una estrategia calculada para marcar territorio dentro del partido y evitar fugas hacia posiciones críticas o disidentes. Pero también acarrean riesgos evidentes: erosionan la imagen pública del PSOE como organización pluralista y abierta al debate interno.

Clima precongresual y consecuencias para Ferraz

El incidente llega en un momento especialmente delicado para el socialismo español. Las filtraciones sobre los audios atribuidos a Leire Díez negociando favores e información comprometedora contra la Unidad Central Operativa (UCO) han puesto al partido bajo presión mediática y judicial. El silencio mantenido por Pedro Sánchez durante días ha provocado nerviosismo entre los barones regionales y antiguos referentes socialistas.

En este contexto, la reacción desmedida —y algo chulesca— de Puente puede entenderse como una forma poco sutil de cerrar filas alrededor del núcleo duro sanchista. Pero también evidencia que el PSOE atraviesa uno de sus periodos más broncos desde la época de las primarias entre Sánchez y Susana Díaz.

Los analistas advierten que esta escalada verbal puede tener consecuencias duraderas:

  • Dificulta cualquier intento realista de reconciliación interna.
  • Ofrece munición gratuita a los adversarios políticos.
  • Refuerza la percepción pública del PSOE como un partido dominado por luchas intestinas.
  • Disuade a futuros cuadros medios o militantes críticos de expresar opiniones divergentes.
  • Desgasta aún más la autoridad moral e institucional del Gobierno ante una ciudadanía ya hastiada por escándalos y enfrentamientos.

Curiosidades y datos llamativos

  • La expresión “cuarteto de los resentidos” empieza a popularizarse dentro del argot político español tras estas declaraciones. No sería extraño verla convertida pronto en meme o incluso en merchandising partidario.
  • No es la primera vez que Óscar Puente emplea recursos retóricos propios del patio escolar para atacar adversarios; ya fue célebre cuando calificó al presidente argentino Milei con términos nada diplomáticos.
  • Eduardo Madina es uno de los pocos dirigentes socialistas con pasado victimizado directamente por ETA —sufrió un atentado en 2002—, lo que da aún mayor peso simbólico a las palabras empleadas por Lambán en su defensa.
  • En plena era digital, buena parte del debate político relevante se libra ya no en hemiciclos ni tribunas parlamentarias sino directamente en redes sociales abiertas; X se convierte así en el nuevo circo romano donde se dirimen rencillas internas… aunque algunos prefieran llamarlo selva.

Mientras tanto, los votantes contemplan atónitos cómo sus representantes elevan el nivel decibélico —y rebajan el dialéctico— cada vez que alguien osa cuestionar lo establecido. Y así sigue girando la rueda socialista: entre rugidos, zarpazos digitales y algún que otro gesto simiesco digno del mejor documental.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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