Patético.
El socialista Pedro Sánchez, tras una encendida perorata cargada de bulos y circunloquios, cierra su discurso con un descolocante: «Bueno… son las cinco y no he comido».
La frase, casi un susurro de cotidianidad en medio de la solemnidad, pinta al amo del PSOE con una vulnerabilidad risible, como si el hambre, ese recordatorio universal, pudiera interrumpir hasta el más acalorado debate.
Es un guiño a lo terrenal, un recordatorio de que, tras las grandes palabras, el estómago siempre reclama su protagonismo.
Sánchez está más frito que las patatas de la hamburguesería de la esquina.
«Los audios que hemos escuchado la semana pasada nos repugnan, nos apenan y nos indignan. Y esto ha sido un sentir unánime por parte de la Ejecutiva Federal».
Lo que oyen, está tremendamente frito y eso se aprecia en cada una de sus frases.
Esto es una de las primeras cosas que dijo después de salir con más de tres horas de retraso de lo anunciado inicialmente como una rueda de prensa posterior a la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE.
«Queremos dejarnos la piel para que los casos de corrupción sean cada vez más excepcionales. No vamos a ser como el PP ni como VOX. No vamos a tapar la corrupción que surja en nuestras filas, por doloroso que sea. Vamos a dar la cara, porque no somos perfectos pero somos intransigentes cuando la corrupción nos afecta. Una cosa es clara, el PSOE es una organización limpia».
No digan que no es entrañable. Intenten contener la risa.
A nivel interno, el socialista cercado por la corrupción de compañeros, amigos y familia, no ha podido hacer otra cosa que cambiar algo la alta estructura del partido. Un par de decisiones y medidas que son un bluf tremebundo:
Asegura el presidente que han expulsado a José Luis Ábalos de la organización, anuncia que Santos Cerdán ha entregado el acta y se ha dado de baja del PSOE, y comenta que van a hacer una nueva auditoría externa.
Narbona, Cabezón y Mínguez
Formarán un nuevo núcleo de coordinación -secretaría de organización- Cristina Narbona, Borja Cabezón y Montse Mínguez. A esta última conviene que la conozcan.
El próximo 5 de julio harán una nueva reunioncita en Madrid de socialistas y allí decidirán quién será el nuevo secretario de organización.
Además, también la integra Narbona, también salpicada por la corrupción del llamado caso Acuamed (también conocido como el caso Azud en los chanchullos en Valencia) en la que el ministerio de Medio Ambiente que presidía, habría inflado los montos de la construcción de desaladoras para el programa AGUA y que alcanzan los 2.500 millones de euros.
«Asumir la responsabilidad no es dejar en la estacada a millones de personas que confían en nosotros y necesitan de nuestras políticas para llegar a fin de mes».
Cada día más frito y más solo. Está al final de la escapada. Tic tac.
«Mi deber como capitán es tomar el timón y capear esta tormenta». Pues vale, Jack. Lo que tú quieras.
Sobre Santos Cerdán
Una vez empezada la rueda de preguntas. Cinco tristes preguntas de palanganeros mediocres y bien pagados, alguna nota de humor:
En respuesta a la pregunta de laSexta sobre Santos Cerdán:
«En lo personal yo estoy sufriendo unos ataques por parte de asociaciones ultraderechistas judicializadas que no obedecen a ninguna verdad. Cuando se conozcan los datos y los hechos, pues es el momento de actuar. Estamos hablando de un asunto que solo tiene un informe de la UCO, y ya estamos tomando decisiones. Y eso no lo hacen otras organizaciones. Estoy tranquilo».
En regañina a la pregunta de Monrosi (laSexta):
«No han sido tres personas de mi confianza, han sido dos, Koldo García no era de mi máxima confianza».