Hace mutis por el foro, y solo abre el pico a medias para desmentir por boca de su abogada el rocambolesco asunto con tintas de sucio chantaje pasado de vueltas. Y mientras se especula con que Bárbara Rey pide dos millones de euros por sentarse en un plató a contar lo que ya están contando otros por ella, la actriz lo borda con lo dicho:
«Es rotundamente falso que mi representada haya efectuado ninguna grabación con fines intimidatorios o coactivos a S.M., el actual Rey Emérito D. Juan Carlos I de Borbón».
Sea como fuere, Bárbara mantiene la boca cerrada a la espera de que se cierren esas cifras astronómicas que se barajan. Un silencio que no era tan habitual hace algunos años, antes de que se destapara la caja de los truenos, cuando se paseaba por los platós de televisión colaborando o presentando programas, en algunas ocasiones «facilitados» por el propio Rey Juan Carlos para que no soltara el bombazo. El cabreo del Rey Juan Carlos cuando Aznar dejó a dos velas a la encendida Bárbara Rey.
Para que no lo soltara en público, porque en privado Bárbara se alejaba mucho de ese perfil que ahora defiende a golpe de comunicado. Cualquiera que trabajó con ella sabía de primera mano cómo fanfarroneaba de su relación con el Rey Juan Carlos y cómo se jactaba incluso de haber hecho grabaciones íntimas de sus encuentros privados, según le cuentan a ‘ESdiario‘ quienes compartieron con ella esos años. Los Reyes de España cierran filas para silenciar a Bárbara Rey.
Más aún, la actriz y cantante iba mucho más lejos en sus alardes de mal gusto y no dudaba en burlarse de Doña Sofía delante de cualquier compañero que quisiera escucharla. Dentro de sus faltas de respeto hacia la Reina emérita, unas de las frases más soeces que solía repetir era «Esto son tetas y no las de la Reina».
