"Ella tenía tanto miedo a quedarse sin casa que no dejaba de decir que tenía que morir. No sé cómo pudo pasar"

La terrible carta de la hija de una anciana desahuciada en La Coruña: «No sé cómo acabé asfixiándola»

La terrible carta de la hija de una anciana desahuciada en La Coruña: "No sé cómo acabé asfixiándola"
Manos de una persona anciana TW

De momento no hay rastro de la hija de Mari Cruz Fachal Muiños, cuyo cadáver apareció este lunes 25 de marzo de 2019 tapado con una manta y junto a sus dos perritos en un segundo piso del número 15 de la calle Perú, en La Coruña, cuando iba a ser desahuciada.

Junto a la mujer, de 72 años de edad, encontraron una carta manuscrita supuestamente por su hija, María José Seoane Fachal, de 41 años, quien pide perdón por haber matado a su madre.

Resultado de imagen de María José Seoane Fachal,

Según da cuenta ‘La Voz de Galicia’, la misiva está dirigida «a su señoria», y empieza pidiendo perdón a todos los implicados en el asunto, y también a su madre. En el escrito explica además que Mari Cruz ya se intentó suicidar el pasado viernes «tomando varias cajas de paracetamol, sin lograrlo».

El relato continúa con lo ocurrido al día siguiente, sábado, cuando la víctima y su hija estaban desayunando: «Empezamos a discutir por el desahucio y no sé cómo acabé asfixiándola con la almohada». Y añade en el escrito:

«No sé qué me pasó. Ella tenía tanto miedo a quedarse sin casa que no dejaba de decir que tenía que morir. No sé cómo pudo pasar. Después intenté reanimarla, pero ya no respiraba».

Y vuelve a pedir perdón.

La autora de la carta deja otro mensaje inquietante, pues afirma también que, por o que a ella le corresponde, tiene que resolver una deuda. «Y luego me reuniré con ella. Volveré a casa y allí pondré fin a todos los problemas», por lo que los investigadores de la Policía Nacional no descartan que María José atentase también con su vida.

En el escrito ruega que se hagan cargo de sus dos perritas. También pide que se le entregue a un sacerdote de Narón una imagen de los antepasados de la familia, y que este rece «por el alma de mi madre. Yo no lo merezco». Al final de la misiva escribe: «Permítanme que le diga a la gente en general que no todo vale».

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