La web de Marina Parés, tenaz luchadora contra el acoso moral, tuvo en la portada durante algún tiempo esta frase de Audrey Hepburn:
«La gente, más que las cosas,
tiene derecho a ser
restablecida, revivida, reivindicada y redimida.
Nunca rechaces ni deseches a nadie»
Ahora está en otro lugar de la web. La cuestión es que Audrey fue muy aplaudida y celebrada, pero ahora no se la tiene en cuenta. Por lo menos no en cuanto a esta recomendación se refiere. El mundo está lleno de puertas cerradas, de corazones duros con aquellos que no comparten los propios criterios, de gentes que tratan de forzar a otras para que vayan por donde ellas las quieren llevar.
De poderosos que desoyen a quienes confían en ellos, porque los intereses de éstos no coinciden exactamente con los suyos. Y encima aún les dicen que les quieren mucho.
La gente interesa poco a los calculadores, a quienes desean medrar a costa de lo que sea, a los poderosos que temen perder poder.
Luego uno lee artículos destinados a confundir al personal, a camuflar la verdad, para que parezca que es otra cosa, a hacer creer lo que no es y piensa que sí, que es a Audrey Hepburn a
quien conviene atender.
