Se detecta en la actualidad una catalanofobia en España molesta y preocupante. Bastaría con pensar en Cataluña omitiendo a la plaga nacionalista para advertir de inmediato esas virtudes y cualidades que la adornan y que enamoran. El griterío nacionalista, que un día u otro se ha de acabar, no puede ocultar del todo la realidad de las cosas.
No obstante, conviene no perder de vista que los nacionalistas son quienes ostentan el poder, dado que como tales hay que calificar también a los socialistas, que han pasado a ser más nacionalistas que socialistas. Algunos nacionalistas alegan una y otra vez que España roba a Cataluña. No me gusta robar a nadie, me gusta que las cosas se hagan de modo justo, pero me temo que los autores de esas afirmaciones hacen demagogia, lo que quieren es llevar el agua a su molino. No sólo por el caso Millet, en el que sorprendentemente sólo ha aparecido un culpable, ni tampoco por aquel tres por ciento. Hoy han aparecido dos noticias muy ilustrativas sobre la cuestión. La primera de ellas procede del ABC y dice que la cifra de empresas de la Generalidad se ha duplicado desde 2006. Teniendo en cuenta que ahora necesita endeudarse, la cuestión pasa de castaño oscuro. La otra noticia proviene de una carta al director, titulada Catalunya y Baviera, firmada por José Martínez Tortosa, en la muestra unos datos, tomados del Financial Times, que señalan que la Generalitat dispone de 5310 euros por habitante, mientras que el land de Baviera 3294, haciendo constar además que Baviera es la región más rica de Alemania. Después de leer estos datos habría que ver la atención que se presta a los más desfavorecidos, y quizá con esto se llegaría a la conclusión de que si alguien roba algo a los catalanes habrá que fijarse en primer lugar en sus políticos.
‘La biblia contra el cáncer’
‘Los sinsabores del verdadero policía’
‘Ajuste de cuentas’
‘En defensa de las vacunas’
‘Les Xanes’
‘Don Quijote de la Mancha para Estudiantes’
‘Platero y yo contado a los niños’
‘Mal consentido’
