A propósito del incendio de Triangle Shirtwaist

Ocurrió el 25 de marzo de 1911 y murieron 146 mujeres, muchas de ellas inmigrantes y casi todas jóvenes. Fue en la ciudad de Nueva York y como suele ocurrir la catástrofe removió las conciencias de casi todos. El sacrificio de esas trabajadoras no fue completamente en vano, sirvió para que las mujeres adquiriesen algunos derechos.
Pero lo que no se ha tenido en cuenta, no del todo, es que la fábrica Triangle Shirtwaist estaba concebida de modo totalmente egoísta. Las puertas estaban cerradas, para que las trabajadoras no pudieran llevarse algunas de las prendas que fabricaban, trabajaban muy cerca unas de otras, las jornadas eran larguísimas, no tenían derecho a comían, las que fumaban tenían que hacerlo a escondidas, la escalera de incendios era endeble y se desplomó enseguida, etc.
Eran muchas las opciones de que ocurriera una desgracia en ese lugar, que tampoco sería el único en el que se dieran esas circunstancias. Pero ni la sensatez ni los buenos sentimientos fueron suficientes para cambiarlas, tuvo que llegar la catástrofe para que se tomaran las medidas necesarias. Hoy se celebra el aniversario. Se harán muchas declaraciones bienintencionadas. Han surgido organizaciones que tratan de aprovechar la fuerza del sentimiento general que surgió tras el incendio. Pero el egoísmo que lo propició sigue igual de fuerte que entonces. Las leyes no logran contenerlo las más de las veces. Algunos de los líderes de esas organizaciones que tanta fuerza han logrado gracias al sacrificio de aquellas 146 mujeres se beben su sangre en copas de cristal.
Todo el mundo habla del sentido común porque como es lógico nadie piensa que no lo tiene. Pero la sensatez y los buenos sentimientos siguen siendo insuficientes para evitar que ocurran desgracias. La crisis que padecemos, que tanto mal ha hecho, y que es fruto del egoísmo, es una buena muestra.
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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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