Ernest Lluch y el diálogo

La invocación al diálogo viene siendo una constante en la democracia, lo cual viene a ser una redundancia, puesto que la democracia se construye sobre esa base.
Ahora bien, ¿por qué se habla tanto del diálogo entonces? Quizá porque España es, todavía, una democracia sin demócratas. Un demócrata no nace, se hace. Y aquí todo el mundo se cree que por el hecho de ir a votar ya es demócrata. Y esos que no son tan demócratas como se creen piden que se incumpla la ley, cuestión esta que no sólo es antidemocrática, sino también delictiva. Hay que recordar esto.
Ernest Lluch fue asesinado por Eta. Vilmente asesinado, como es lo usual en los etarras. Y en su funeral la locutora se saltó el guión para reclamar diálogo con los asesinos, puesto que la apelación al diálogo era una constante en el asesinado.
Sin embargo, creo que procede poner esto último en duda. Es muy posible que en lo que respecta al catalanismo no fuera tan dialogante. No es descabellado suponer que en este punto fuera dogmático. Estuvo en Valencia y logró tener en muy poco tiempo un nutrido grupo de discípulos de los que puede decirse que sienten devoción por él. Consideran su discurso como dogma de fe. Y he aquí pues que los catalanistas de Valencia y que por esto mismo deben de ser devotos de Ernest Lluch y de su advocación al diálogo le hicieron la vida imposible al profesor Antonio Ubieto, hasta el punto de que tuvo que irse de Valencia. No les interesaba dialogar con Antonio Ubieto.
O sea que los mismos que invocan el diálogo demuestran que siempre no es posible. Hay cuestiones sobre la que no se puede mantener ningún diálogo. Eso significa que hay convenir en un marco de cosas sobre las que se puede hablar y todo lo que quede fuera del marco queda fuera también del posible diálogo. Pues ese marco es la ley. Y lo que hacía Antonio Ubieto estaba dentro de la ley y lo que hacen los etarras está fuera de la ley. Y lo que hace Mas.
‘Las lunas de Miles Davis’
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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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