Jon Juaristi es un señor que tiene una biografía un tanto particular, como la de otros muchos que han tenido que vivir bajo la presión de cualquier nacionalismo, ideología que, como se sabe y se comprueba diariamente, confunde las mentes.
Algunos logran escapar de las garras del nacionalismo, y resulta curioso que los nacionalistas tilden de fascistas a quienes se les oponen. Es curioso, porque demuestra hasta qué punto tienen la mente mal los nacionalistas.
El caso es que Jon Juaristi es un señor extremadamente culto y también extremadamente educado, lo que ocurre es que los pájaros se molestan si se les llama pájaros. A saber cómo habrá que llamarles. Yo creo que con pájaros va bien.
Pero no sólo puede presumir de cultura, sino que sus dotes de observación también son extraordinarias. Esa agudeza suya le ha permitido darse cuenta de que uno que se llama Ignacio Sánchez Cuenca podría utilizar un pico y un azadón para algo que a una persona normal no se le ocurriría.
Hay que explicar a continuación que una persona se sale de lo normal cuando emprende una tarea que excede de forma evidente sus fuerzas. Juaristi es mucho Juaristi para este Ignacio Sánchez Cuenca, que ha escrito un libro con el que pretende denigrarlo, pero no sólo a él, por lo visto, sino también a otros más, todos claramente superiores a él.
Cualquiera que tenga dos dedos de frente sabrá, sin necesidad siquiera de hojear ese libro, que el autor no puede sino hacer el ridículo desde la primera página hasta la última. Es muy posible que él mismo sea consciente de esto, cosas más raras se han visto, y en este caso habría que pensar que lo ha hecho porque persigue algún beneficio a cambio.
¡Ah!, qué mal huele todo lo que tiene que ver con Podemos. Y tampoco es que huela mal, es que apesta.
‘Paris-Austerlitz’
‘Internet negro’
‘Manual de insultos para políticos’
‘Los hombres que susurran a las máquinas’
‘Al pie de una pared sin puerta’
‘A pesar de los pesares’
‘El árbol del silencio’
‘El bucle’