Sabino Arana, ese tipo

El nombre de Sabino Arana está indefectiblemente ligado al mal. Es uno de esos personajes nefastos cuya función en la vida consiste en recordarnos lo malos que podemos llegar a ser si nos descuidamos. Ser una persona cabal es mucho más difícil, como dejó escrito Hannah Arendt:
«Es un ‘desafío al pensamiento’, como dije, porque el pensamiento trata de alcanzar una cierta profundidad, ir a las raíces y, en el momento mismo en que se ocupa del mal, se siente decepcionado porque no encuentra nada. Eso es la ‘banalidad’. Sólo el bien tiene profundidad y puede ser radical» .
Todo en Sabino Arana es banalidad:
«’Cien vidas que tuviera, cien padres, cien madres, cien hermanos, cien esposas y cien hijos, ahora mismo los daría todos, si de ello se siguiera la salvación de mi patria.’
‘Antiliberal y antiespañol es lo que todo vizcaíno debería ser’».
Es lógico que tenga seguidores y que hasta incluso el particular rey de la ensaimada que habita en tierras vascas lo defienda, porque el mal, como cosa banal que es, tiene mucho atractivo. Lo que resulta más difícil y complicado es seguir la senda del bien, que exige esfuerzo, fruto del interés y de la meditación profunda subsiguiente.
Las ideas de Sabino Arana, por llamarlas de alguna forma, han dado lugar a atentados con resultado de muerte en casi mil casos, mutilaciones graves, han provocado la locura de grandes masas de personas, que han conseguido mantener la sensatez sean repudiadas, que decenas de miles de personas hayan tenido emigrar a otros lugares menos contaminados, etc.
Debe de estar en el infierno, claro. ¿Cómo es posible que habiendo existido tipos como Sabino Arana no haya infierno? Estará allí, viendo con sus ojos todo el mal que hecho, todo el dolor que ha contribuido a causar, todo el crecimiento del odio que sembró. Se retorcerá de dolor al ver que otras personas tan descerebradas como él le rinden homenaje. Pediría a los demonios que tengan compasión de él y maten su alma.
‘Paris-Austerlitz’
‘Internet negro’
‘Manual de insultos para políticos’
‘Los hombres que susurran a las máquinas’
‘Al pie de una pared sin puerta’
‘A pesar de los pesares’
‘El árbol del silencio’
‘El bucle’

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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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