Supongo que a la mayoría le sorprenderá ver juntas las palabras sutileza y Rufián, porque lo de este sujeto es ir soltando una grosería tras otra, en sintonía con las directrices del partido gracias al cual percibe jugosos emolumentos del erario, o sea, de los impuestos de quienes ofende e insulta cada vez que habla, con esto está dicho casi todo.

Es decir, que la sutileza de Rufián brilla por su ausencia. Es que, además, está en un partido que tiene terroristas en sus filas, y con esto estaría ya dicho todo si no hubiera algo más, porque el resto es que sus principales dirigentes están en la cárcel, condenados por delitos muy graves.

España es un país que tiene tanta confianza en sí mismo que permite que partidos tan lamentables como ERC, Bildu o Podemos puedan participar en la política e incluso causarle graves daños, porque sabe que al final triunfará sobre ellos. No obstante, fue un error permitir que sucedan estas cosas, puesto que aunque la nación acabe triunfando, muchas personas ven arruinados para siempre sus proyectos. Deberían haber sido más cautos aquellos señores que un día tuvieron la potestad de organizarnos la vida a los españoles y permitieron que los indeseables pudieran participar en nuestra política.

Contestando a una serie de sandeces, por no decir infamias, de Rufián en Twitter, Hermann Tertsch le ha dicho, entre otras cosas, que cada día está más gordo. Supongo que quiere decir que lo ceban bien por hacer ese papel ridículo enojoso, antidemocrático e insolidario.

No hay nada más democrático que la justicia y el respeto de sus sentencias. Porque si no hay justicia, rige la ley del más fuerte, y es lo que pretenden los terroristas y sus admiradores. Rufián está muy a gusto con Otegui y Sastre. Carod tuvo sus contactos con los terroristas.

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