Lo hizo un psiquiatra, Joaquín Sama, en un artículo publicado por El Confidencial Digital, con el título ‘¿Nos gobierna un psicópata?’, y se apresuró a desmentirlo un medio de esos que dicen que combaten bulos, pero que, en todo caso, sólo serán unos cuantos, porque los del gobierno no, aunque esto quizá se deba a que si lo hiciera necesitaría una plantilla de 500.

Para desmentir al psiquiatra, este medio se ha servido de un psicólogo, tal vez orgánico, cuyo nombre no voy a decir para no hacerle publicidad. El razonamiento que hace para desautorizar al psiquiatra no permite considerarlo como buen profesional. El artículo del psiquiatra es contrario a la ética y a la profesionalidad, dice el pollo. Yo recomendaría su lectura a todos los socialistas que apoyan a este que le ha quitado el título de felón a Fernando VII.

O sea, que habría que actuar del siguiente modo: Señor Sánchez, haga el favor de presentarse ante este Tribunal psiquiátrico para dilucidar si es usted psicópata o no. Y él iría corriendo para hacer ese servicio a los españoles.

Pero resulta que el tal Sánchez está a toda hora en los medios, con su pompa, con su boato, con su espectacularidad, con su engreimiento, con su desfachatez. Se le ha visto decir, infinidad de veces, lo contrario que anteriormente, y siempre convencido de que estaba siendo sincero. Se le ha visto intentando suplantar al Rey, sin darse cuenta de que no lo puede hacer, porque es un patán. Un psicópata narcisista no puede darse cuenta de que es un patán, porque se cree perfecto, ni tampoco puede darse cuenta de que miente, porque no lo hace nunca, siempre dice lo que más le conviene.

Es un tipo ciego de odio, narcisista y psicópata, que está haciendo todo el mal que puede, y no es dicen que no es ético catalogarlo como corresponde.

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