La diarrea es mental, por supuesto, en el campo de la izquierda. El tuit que sigue es representativo de lo que piensa sobre esta cuestión: «Vox afirma que la ley de eutanasia convierte al Estado en «una máquina de matar» y a los médicos en «verdugos”. Señores de VOX : La eutanasia no obliga a nadie a morirse, ni al médico a matar. Es un derecho como lo es el aborto, el divorcio o las bodas homosexuales. Seriedad.
https://twitter.com/maria_ortega1/status/1227323296468918273».
Considerar que el aborto es un derecho es una aberración y choca frontalmente contra el instinto de conservación como especie.
La izquierda debería replantearse sus principios, porque tras haber perdido los iniciales da la impresión de que actualmente sólo consisten en oponerse a la derecha en todos los campos en que puedan.
Una cosa es que haya que autorizar el aborto como mal menor, puesto que se dan casos en los que no hay otra solución y otra muy distinta pensar que es un derecho. Basta con fijarse en que es la idea de Podemos para comprender que es un error. Para Gustavo Bueno, cuya relación con cualquier credo religioso era impensable, defender el aborto es como defender la esclavitud. Lo que hay en Venezuela.
Tampoco es una idea únicamente religiosa la de que nadie es dueño de su propia vida. No todo el mundo acepta bien la muerte de sus seres queridos. Alguien se puede querer morir por el simple detalle de que la vida ya le aburre, se le han terminado sus expectativas, o no le interesan las que se le presentan y ve en la muerte una solución. Pero hay gente a su alrededor que lo quiere y no desea su muerte.
Personalmente, no olvidaré jamás a varias personas que conocía y se suicidaron. Si yo hubiera podido, habría evitado que cometieran ese disparate.
El Estado tiene la obligación moral de proteger a los ciudadanos y no tiene ninguna a tomarles el pelo, aunque a ellos les guste y se dejen.
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