En un principio no era imaginable que este Garzón concurriera en la palestra pública con un tuit como este:
«Eduardo Garzón
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Lo lógico sería que quien pague impuestos en Andorra no tuviese derecho a ningún servicio ni infraestructura que ofrezca España, incluyendo carreteras, telecomunicaciones, educación, sanidad, aeropuertos, puertos… Es totalmente inmoral aprovecharse de ello sin contribuir a ello».
https://twitter.com/edugaresp/status/1351442563962707969
Pero se dio el caso, como se puede ver. Se cae pronto en la cuenta, no obstante, de que lo que dice el tuit es normal en un comunista, dada la simpleza del pensamiento, pero sobre todo por su absoluta falta de generosidad. Esta virtud es escasa, eso es cierto, pero entre los comunistas es inexistente. Ellos siempre manipulan, lo suyo es intentar hacer ver las cosas como no son.
Los comunistas españoles, que están en el gobierno, a pesar de que la UE ha condenado esta ideología, son muy solidarios con el dinero de los demás, quieren que vengan inmigrantes sin parar, pero es para que luego les voten. Y, de pronto, como ha sido el caso de este Garzón, dicen lo que realmente piensan.
Claro que España es una nación generosa dotada con el don de la hospitalidad, pero lo que no puede ni debe hacer es poner en peligro los logros de la civilización, conseguidos con esfuerzo y sacrificio. España no puede poner en riesgo, tampoco, un ente superior, como es la UE, en el que está integrado.
España ha sabido ser hospitalaria y generosa con tipos venidos de otros países, como es el caso de Echenique, otro comunista que, como tal, tampoco conoce la virtud del agradecimiento. Hay muchos motivos para que el comunismo sea condenado y no sólo la experiencia de los países en los que impone su ley.
Por otro lado, resulta irritante saber que parte de los impuestos va a parar a los bolsillos de los zánganos comunistas.
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