El número de los pensionistas es elevado, por lo que es lógico que los partidos intenten conseguir su voto. Y es correcto si se hace con respeto hacia ellos. Ahora bien, de forma cíclica se hacen recogidas de firmas para garantizar las pensiones por ley.

Parece mentira que muchos ancianos no se hayan dado cuenta, a pesar de su edad, de que el único modo de garantizar las pensiones es que haya dinero en caja para pagarlas. Todos los gobiernos que hemos tenido en el periodo democrático podrían haber reducido el gasto de la Administración al menos a la mitad. El actual no es que no lo ha hecho, es que derrocha a manos llenas. Gastar en balde el dinero que necesitan los pobres y los jubilados debería llevar a la cárcel, pero las leyes las hacen los políticos.

Hay que tener en cuenta que asegurar el bienestar en la vejez es una de las bases de toda democracia que se precie. Y todo está en peligro con este gobierno Frankenstein que no sólo derrocha a manos llenas, sino que hace lo posible para que el paro crezca y crezca. Esas son las consecuencias de pactar con los comunistas, que necesitan que se produzca una catástrofe para poder conseguir sus fines. Si el gobierno derrocha y el paro crece, al final la caja estará vacía del todo y los pensionistas harán cola para que se les aplique la eutanasia.

Estos del gobierno Frankenstein, que son, como hemos visto, de los pelos de Caín, todo lo basan en la propaganda y el engaño y entonces quieren hacer creer que se preocupan por los pensionistas y que no van a perder poder adquisitivo a causa de la subida del IPC, causado por la impericia del gobierno en el manejo del precio de la energía. Pero sí que lo van a perder porque los presupuestos, en este caso, están hechos para que parezca una cosa y sea la otra.

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