Un listo en la DGT

Concretamente, su director general, un despabilado donde los haya. Pide que sean los viandantes quienes corrijan el comportamiento de los gamberros -él les llama conductores- que se desplazan en bicicleta o patinete por las aceras.

¿Querrá también que sean los ciudadanos quienes resuelvan las estafas, los atracos, los asesinatos o los accidentes?

A mí los gamberros de los que hablo me han amenazado con pegarme o se han reído de mí. Les he pedido a muchos policías que hagan cumplir la ley, o las ordenanzas, en este caso. Sólo diré la respuesta de dos de ellos que quisieron hacerme creer que cada día ponen veinte multas. Cualquiera sabe que si eso fuera cierto, las- aceras serían lugares civilizados, como lo habían sido antes de convertirse en selváticos. Por la dejadez municipal.

La noticia que recoge estas declaraciones tan descaradas habla de un gran número de accidentes, algunos de ellos mortales, que pesarían en las conciencias -si las tuvieran- de que las cosas estén así. De todos modos, son moralmente culpables.

Hay que explicar, para que se enteren las autoridades, puesto que no han sido capaces de discurrirlo por sí mismas, que las aceras son las que justifican a las ciudades, al hacerlas amables. Son los lugares destinados a pasear tranquilamente, en soledad o en compañía, admirando monumentos, fachadas, escaparates, o charlando tranquilamente. Son los lugares en los que las personas con dificultad de movimientos, o que transportan cochecitos con bebés o carros de la compra, deberían sentirse seguras y transitar sin miedo.

Sin embargo, gentes sin consideración ni respeto por los demás, por eso les llamo gamberros, se han apoderado de ese espacio de convivencia, antes civilizado, y lo han convertido en una selva. Ya no se puede disfrutar de la vida por las aceras, el pensamiento primordial es ahora salvar la vida.

Y encima, el despabilado este, que los peatones asuman un riesgo más: el de enfrentarse a los gamberros.

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Vicente Torres

Vicente Torres es Coautor de '1978. El año en que España cambió de piel' y autor de 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades' y 'Yo estoy loco', 'Diario de un escritor naíf', 'El Parotet y otros asuntos' y '2016. Año bisiesto'. He participado en los libros 'Tus colores son los míos', 'Enrique Senís-Oliver' y 'Palabras para Ashraf'.

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